(GaudiumPress/InfoCatólica) El pueblo venezolano, además de tener que atravesar las consecuencias del régimen comunista que lo gobierna, esta semana ha tenido que atravesar las grandes consecuencias de las lluvias torrenciales presentadas a lo largo del país. También es víctima del COVID-19 y la escases de medicamentos y los precios dolarizados de los bienes de primera necesidad.
En la zona del estado Mérida murieron 20 personas y miles se quedaron sin hogar.
La agencia Cáritas se mostró inmediata a prestar ayuda junto a otras organizaciones para asistir a las personas damnificadas por las lluvias, pero injustamente la Guardia Nacional del gobierno les bloqueó el paso y con la excusa de «Son órdenes superiores», no les permitían acceder a las zonas afectadas.
Ante esta indignante situación, monseñor Luis Enrique Rojas, obispo auxiliar del estado Mérida, se dirigió al lugar de bloqueo y exigió a los militares que permitieran pasar la tan necesitada ayuda. En seguida recibió el apoyo del resto del episcopado venezolano.
Monseñor Ulises Gutiérrez, arzobispo de Ciudad Bolívar dijo: «Es un crimen de lesa humanidad impedir el paso de la ayuda humanitaria a los damnificados por la vaguada en el Valle de Mocotíes, Mérida, por parte de la Guardia Nacional. Esta situación debe ser solventada de inmediato y suspender de su cargo a los responsables».
No es la primera vez que el gobierno dictador de Venezuela impide el paso de ayuda humanitaria proveniente de Colombia y de los Estados Unidos al país
Monseñor Rojas declaró: «La forma en que se actuó no fue la más correcta, y a la vez, fue el detonante de todo lo que hemos venido viviendo en Mérida, desde hace tiempo, con funcionarios que, en vez de cumplir con sus deberes y obligaciones, han destruido la moral de la institución que representan. Yo he sido desde hace algún tiempo, víctima también en alcabalas y puestos de control, donde se abusa de la autoridad y del poder. Desde el día viernes 27 de agosto de 2021, a través de los medios, de las redes sociales, y por relato de personas de alta confiabilidad, nos enteramos de todos los abusos que se estaban cometiendo en la alcabala de La Victoria, con las ayudas enviadas, al lugar de la tragedia del Mocotíes, y el día domingo, yo fui víctima de todo lo que se decía. Creo que un pastor de la Iglesia no puede estar del lado de la injusticia ni de los atropellos que se cometen en un lugar como este. Actué como hubiese actuado Cristo en mi lugar, y en las Sagradas Escrituras hay varios hechos en la vida pública de Jesús, cuando sale en defensa de la gente, y de sus derechos más fundamentales».
Por su parte, el presidente Nicolás Maduro se refirió a los obispos como «¡Son unos bichos, con el diablo en la sotana!».