(InfoCatólica) El cardenal Sarah ha utilizado su cuenta de Twitter para dar su opinión sobre la actuación del Papa Benedicto XVI y el Summorum Pontificum en estos momentos en los que hay rumores de involución y no tan rumores.
El último acto es el intento de «justificación» del arzobispo de Dijon, que quiere suprimir la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro. Mons. Roland Minnerath, les dijo a un grupo de personas que «habrá un nuevo motu proprio» en los próximos días o semanas.
El cardenal Sarah, prefecto emérito de la Congregación del Culto Divino en una secuencia de 8 breves tuits ha salido al paso, resaltando el valor que ha tenido el Summorum Pontificum y lo que supone para muchas personas, unos para bien, otros para mal: «A pesar de las intransigentes actitudes clericales de oposición a la venerable liturgia latino-gregoriana, actitudes propias de ese clericalismo que el Papa Francisco ha denunciado reiteradamente, ha surgido una nueva generación de jóvenes en el seno de la Iglesia».
Dans l'histoire, on se souviendra de Benoît XVI, non seulement comme d’un grand théologien mais aussi comme du Pape de Summorum Pontificum, le Pape de la paix liturgique, celui qui aura construit un pont œcuménique avec l'Orient chrétien à travers la liturgie latino-grégorienne. pic.twitter.com/BKVDO5UqUw
— Cardinal R. Sarah (@Card_R_Sarah) July 8, 2021
Tuits del Cardenal Sarah
En la historia, Benedicto XVI, será recordado no sólo como un gran teólogo, sino también como el Papa de Summorum Pontificum, el Papa de la paz litúrgica, el que construyó un puente ecuménico con el Oriente cristiano a través de la liturgia latino-gregoriana.
Será recordado como el Papa que tuvo en su corazón la voluntad de recuperar las raíces cristianas y la unidad de Europa y que se opuso al secularismo sin sentido y a la desestructuración de la cultura europea.
A partir del Motu Proprio Summorum Pontificum, a pesar de las dificultades y resistencias, la Iglesia ha emprendido un camino de reforma litúrgica y espiritual que, aunque lento, es irreversible.
A pesar de las intransigentes actitudes clericales de oposición a la venerable liturgia latino-gregoriana, actitudes propias de ese clericalismo que el Papa Francisco ha denunciado reiteradamente, ha surgido una nueva generación de jóvenes en el seno de la Iglesia.
Esta generación es la de las familias jóvenes, que demuestran que esta liturgia tiene futuro porque tiene un pasado, una historia de santidad y belleza que no puede ser borrada ni abolida de la noche a la mañana.
La Iglesia no es un campo de batalla en el que se juega a ganar intentando dañar a los demás y la sensibilidad espiritual de los hermanos en la fe.
Como dijo Benedicto XVI a los obispos franceses: "En la Iglesia hay sitio para todos", porque sabemos tratarnos con respeto y vivir juntos alabando al Señor en su Iglesia y permaneciendo en la única y verdadera fe.
La crisis litúrgica ha provocado una crisis de fe. Del mismo modo, el respeto a las dos formas ordinarias y extraordinarias de la liturgia latina nos llevará a un impulso misionero de evangelización, y podremos por fin salir del túnel de la crisis.