(Navarra.com/InfoCatólica) En la capilla de San Fermín, ubicada en la Parroquia de San Lorenzo de la capital navarra, se celebraron ayer seis misas en honor al santo, cuya fiesta litúrgica se celebraba ayer, aunque este año también hayan tenido que suspenderse las celebraciones sociales por causa de la epidemia de Covid-19.
El templo parroquial estuvo abierto ininterrumpidamente de 8:30 a 22:00 horas.
- A las 9 de la mañana se celebró la séptima tradicional Misa de la escalera con la participación de los Auroros de Barañain.
- A las 11:00 horas, la Misa Solemne Mayor, con el Cabildo Catedralicio, presidida por el Arzobispo don Francisco, con la participación de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona, la Orquesta Sinfónica de Navarra y el Orfeón Pamplonés.
- A las 13:00 horas, Misa con participación del Coro Canta et Yanta, en su 30º aniversario.
- A las 18:00 horas, Misa con la participación de la Escuela de Jotas del colegio Irabia-Izaga.
- A las 19:30 horas, Misa con la participación de los Joteros de Navarra.
- A las 20:30 horas, Misa con la participación de la Cofradía Musical de San Saturnino.
La Misa mayor se celebró a las 11 de la mañana, presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, con quien concelebró el obispo auxiliar, Juan Antonio Aznárez, el deán de la Catedral de Pamplona, Carlos Ayerra, y el párroco de San Lorenzo, Javier Leoz.
El arzobispo recordó el ejemplo de San Fermín, obispo y mártir, quien «supo soportar el sufrimiento con paciencia y sabiendo sobrellevar los momentos de dolor con la mirada puesta en Dios».
Se trata del segundo año en que se desarrolla esta misa con las fiestas suspendidas y sin que se produzca la tradicional procesión de San Fermín «que tanto ayuda para la devoción popular», destacó el arzobispo, que quiso resaltar, no obstante, que «estamos celebrando la fiesta de San Fermín, que eso es lo más importante».
«Las circunstancias que nos toca vivir disminuyen las aglomeraciones y nos limitan en lo que se ha venido en llamar la normalidad», manifestó D. Francisco, añadiendo que aunque «nos sentimos contrariados por la pandemia», y «tal vez cueste», debemos aceptar que «la vida tiene sus momentos fáciles y otros difíciles, momentos de gozo y momentos de sufrimiento, circunstancias favorables y tiempos de dureza» y «no hemos de sentirnos enfadados, angustiados y menos acongojados».
En este sentido, subrayó que San Fermín «supo soportar el sufrimiento con paciencia y sabiendo sobrellevar los momentos de dolor con la mirada puesta en Dios».
El arzobispo ha recordado que «si algo ha provocado la pandemia, además de los sufrimientos que el virus proporciona, es la angustia vital», y ha mencionado también las «desilusiones» y los «traumas vitales». A continuación, ha querido subrayar que «la madurez humana y espiritual se forja sabiendo soportar la prueba para no dejarse dominar por ella», y que en esta época «la sociedad se resiente de falta de fortaleza», tiene «una especie de enfermedad ... el huir de todo aquello que incomoda o tiene atisbos de sufrimiento». Pero, ha añadido D. Francisco, «nadie puede excluirse de la adversidad o sufrimiento», y sobreponerse a estas circunstancias se hace más llevadero «cuando hay un apoyo que nos regala la fe», con la que «se sale fortalecido y se aprende a mirar la realidad por lo que es y no por lo que nos imaginamos».
De nuevo haciendo referencia al santo patrón, ha añadido Mons. Pérez: «Si San Fermín supo afrontar la adversidad, con nobleza y gallardía, fue por la fe que tenía en Dios. Y tanto se fio que aceptó morir martirizado antes que ofender a Dios y a sus leyes» y «murió perdonando a sus ejecutores», ha subrayado el arzobispo, que ha resaltado que el santo «fue perseguido porque anunciaba el mensaje evangélico y en él resonaba la voz de Cristo».
El prelado ha lamentado que «hoy también quien vive y desea ser un fiel discípulo de Jesucristo, muchas veces no sólo no se le entiende sino que incluso se le considera un freno hacia el falso progresismo basado en alentar y promocionar ideologías que contrastan y van en contra del evangelio de la vida y a un falso humanismo que rompe con las leyes propias de la misma naturaleza».
«En este día que proclamamos con alegría a San Fermín, ruego a Dios nos impulse a mirar al Santo Patrón y depositar nuestros anhelos, nuestra esperanza y nuestros proyectos en su regazo para que su ejemplo y su vida de gracia cale en nosotros sabiendo que la vida sólo tiene un recorrido y un final que es la bienaventuranza de la eternidad, y esto se concederá si hemos sido responsables», ha expresado.
«Os saludo a todos y en ese 'viva San Fermín' lo sintamos en nuestro corazón y le digamos: queremos vivir la fe como tu la viviste y mostrar que la fe es aquella que construye el verdadero sentido de la humanidad. Porque una humanidad centrada en sí misma fenece, pero centrada en Dios permanece», ha concluido su homilía Francisco Pérez.