(ACN/InfoCatólica) Mons. Chucrallah-Nabil El-Hage fue arzobispo de Tiro desde el 2003 hasta el 2020 y conoce de primera mano la realidad de Oriente Próximo
Monseñor: el próximo domingo los católicos de Oriente Próximo rezarán especialmente por la paz en la región. En los meses siguientes se desarrollarán iniciativas especiales. La idea nació en el Líbano. ¿Cómo surgió?
Esta idea nació en la Comisión de Justicia y Paz del Líbano, de la que soy presidente. Se la propusimos a continuación a los patriarcas católicos de la región, quienes la hicieron suya. Tiene en cuenta varios puntos de vista. Uno es que el mes de junio está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Los Patriarcas están convencidos de que la paz no solo viene a través de Jesús, sino que fluye directamente de su corazón. Por eso, la misa de apertura se celebrará el último domingo del mes dedicado al Sagrado Corazón.
Además, el papa Francisco ha proclamado un año dedicado a San José. Por eso, nos centramos en la Sagrada Familia, de la que José era el protector. A ella consagramos todo Oriente Próximo. A continuación, iniciará su viaje por Oriente Próximo un icono de la Sagrada Familia escrito expresamente con reliquias de la Basílica de la Anunciación de Nazaret.
Que la Sagrada Familia ocupe un puesto tan central es algo nuevo, ¿no?
Sí, es cierto. Como acabo de decir, ha tenido una importancia decisiva el año de san José, que el Papa ha proclamado para la Iglesia universal. La Sagrada Familia también representa las experiencias de tantas familias de la región en la actualidad. También ellos tienen que huir y experimentan dificultades y rechazo, al igual que la Sagrada Familia. Pero de esas dificultades con las que se topó el Salvador han llegado bendiciones a todo el mundo.
Esperamos lo mismo para el mundo actual y para nuestra región. A esto hay que añadir un tercer aspecto: este año se cumple el 130º aniversario de la publicación de la encíclica Rerum novarum del papa León XIII, documento fundacional de la doctrina social católica. Oriente Próximo necesita especialmente esta enseñanza. Es un llamamiento constante a la justicia y la paz. Sería una verdadera inspiración para los gobernantes de la región.
¿Por qué la oración por la paz parece importante para los Patriarcas precisamente ahora? ¿Por la reciente guerra en Tierra Santa?
Como puede comprobar, Oriente Próximo no conoce la paz. Las guerras caracterizan nuestra región. Por ejemplo, Yemen. Aunque apenas hay cristianos allí; pero como creyentes, el conflicto que lleva años allí no puede dejarnos indiferentes. A su vez, Tierra Santa acaba de ser sacudida por una nueva ola de violencia. En Siria, el conflicto no se ha resuelto y tampoco en Libia. El Líbano está inmerso en una grave crisis económica. La inflación, el desempleo y las dificultades definen a nuestro país. Realmente necesitamos rezar por la paz.
¿Qué responde a los escépticos que no creen o que han dejado de creer en el poder de la oración?
Por supuesto que existen esas voces, pero no tienen razón. Sin cambiar el corazón de las personas, no habrá justicia ni paz. ¿Y quién puede cambiar los corazones de los hombres sino la gracia de Dios? Debemos rezar. Las personas que rezan sinceramente, no pueden odiar. También esto contribuye a la paz.
¿Tiene la impresión de que la atención de la Iglesia mundial hacia Oriente Próximo ha disminuido con el fin del ISIS?
Sí, por desgracia. Y, por supuesto, también sabemos que la pandemia producida por el COVID ha hecho que cada uno se ocupe de sí mismo. Pero todos necesitamos solidaridad. Por eso estoy agradecido a organizaciones como ACN, que son verdaderamente solidarias con las Iglesias necesitadas. Quiero agradecer expresamente la generosidad que nos han demostrado.
Esta nueva iniciativa de oración se dirige principalmente a los católicos. ¿Pero existe también una dimensión ecuménica o incluso interreligiosa?
Estamos haciendo todo lo posible para que sea también un acontecimiento ecuménico. Ahora, intentamos lanzar una iniciativa a nivel del Consejo de Iglesias de Oriente Próximo para fortalecer la familia. Por supuesto que pensamos especialmente en la Sagrada Familia. Además, todas las personas de buena voluntad están invitadas a unirse a nosotros en la oración por la paz de acuerdo con su fe.
¿Cómo puede unirse espiritualmente la Iglesia universal?
Uniéndose a nuestra oración el domingo, y también después. Recomiendo especialmente la oración de consagración a la Sagrada Familia. El santo padre Francisco ha escrito una hermosa carta a los Patriarcas. En ella nos da su bendición y nos llama a participar. Por cierto, el icono de la Sagrada Familia se espera en Roma al final del año dedicado a San José. Allí se podrá venerar fuera de Oriente Próximo antes de que regrese a Tierra Santa.