(Agencias/InfoCatólica) Después de varios intentos, el departamento que encabeza Irene Montero podrá cumplir así con el último plazo que se había marcado para iniciar los trámites de uno de sus principales proyectos. El texto llegará a la reunión del Ejecutivo coincidiendo con la semana de celebraciones por el Día del Orgullo el 28 de junio y tras meses de confrontación con la vicepresidenta, Carmen Calvo, a cuenta de la autodeterminación de género.
El anteproyecto permitirá que las personas trans puedan modificar su sexo en el Registro Civil solo con su declaración expresa y sin necesidad de testigos o pruebas. El documento, acordado con el Ministerio de Justicia, establece que ese cambio deberá solicitarse por escrito y ser ratificado en un plazo máximo de tres meses.
El borrador recoge además que el procedimiento para detectar una posible irregularidad será el mismo que el que se utiliza en cualquier otra actuación. Después de la comparecencia de la persona trans, el funcionario emitirá un informe y podrá paralizar el tramite, como ocurre en el resto de casos, si considera que se comete fraude o es dudoso, algo que deberá demostrar para suspenderlo definitivamente. Tal y como exigía Igualdad, no se determina un procedimiento especial para la revisión de estas solicitudes.
Según informa el diario Abc, el PSOE ha cambiado el nombre original para el cambio de sexo en el Registro Civil de un menor transexual. Lo llama «autodeterminación personal» y no «autodeterminación de género», como quería Podemos, pero el resultado final, fruto de la filosofía personalista, es el mismo.
Las principales asociaciones del colectivo LGTBI esperan que de aquí al día 29 se depuren los flecos pendientes, siendo el principal la edad mínima a partir de la cual se decide cambiar de sexo a todos los efectos. La ley permitirá que se haga en el Registro Civil a los 14 años, pero las asociaciones esperan conseguirlo desde los 12 años.
Derrota humillante para Carmen Calvo
Abc indica que diversas fuentes aseguran que la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, que se oponía a la posiblidad de que se conceda el cambio de sexo simplemente en base a la voluntad de la persona, ha salido derrotada: «Calvo ha quedado totalmente desautorizada. La presión para que cambiara de postura ha sido obra del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez».
Las mismas fuentes añaden a otra dirigente clave en las presiones: la número dos del PSOE, Adriana Lastra. «Se ha asegurado que ni en La Moncloa, ni en el Grupo Socialista, del que Lastra es portavoz, en su tramitación parlamentaria, se va a presentar objeción alguna a la norma».
Al mismo tiempo, añaden esas fuentes, el descontento dentro del PSOE va por áreas y hay «diputados y cargos orgánicos del partido» pidiendo a gritos que el PP recurra la ley por inconstitucional.
Derrota del feminismo clásico
El triunfo de las tesis de la ministra de Podemos supone también una derrota del feminismo clásico dentro del propio PSOE. Dirigentes históricas de ese partido pidieron en noviembre del año pasado que no se aprobara la ley tal como la quería el Ministerio de Igualdad de Irene Montero.