(InfoCatólica) En la votación de ayer, 378 europarlamentarios aprobaron el informe, 255 votaron en contra y se contabilizaron 42 abstenciones.
El eurodiputado socialista croata Predrag Matić ha sido el principal impulsor del informe, que toma de él su nombre, y consciente de que iba a ser aprobado, dijo antes de la votación que el día de ayer iba a ser “un gran día para Europa y todo el mundo progresista». El socialista alega que considerar el asesinato del niño no nacido en el seno materno como un derecho sirve para «posicionar a Europa como una comunidad que elige vivir en el siglo XXI o XVII». Y añadió para pedir el sí a los diputados: «No dejen que la historia nos recuerde como los últimos».
El informe supone un atentado directo contra la objeción de conciencia:
«Uno de los obstáculos más problemáticos es la denegación de la atención médica fundamentada en las creencias personales, principio en virtud del cual los profesionales sanitarios a menudo se abstienen de practicar abortos apelando a sus convicciones.
Si se quiere avanzar, esto debe considerarse una denegación de atención médica en lugar de una apelación a la denominada objeción de conciencia»
Lo cierto es que el juramento hipocrático, que es por el qie se ha guiado la profesión médica desde hace milenios, dice así en uno de sus puntos:
Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura.
Europa apóstata
La votación de ayer es una prueba más de la apostasía reinante en la Unión Europea, organismo que pretende imponer sus ideas totalitarias sobre la dignidad de la vida humana y la moral sexual a todos los países que forman parte de la misma, especialmente a aquellos que, como Polonia y Hungría, quieren defender valores más conformes a la ley natural y a sus raíces cristianas.
Se cumple así la advertencia de san Juan Pablo II, Papa, en la encíclica Centesimus Annus:
«Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia».
El informe no tiene valor vinculante
La aprobación del informe es más una cuestión de carácter simbólico y de peso político que legal. Las resoluciones del Parlamento Europeo no tienen valor legal vinculante pero suelen servir posteriormente para legitimar políticamente la acción de los Estados miembros o de las instituciones que dependen del mismo.