(Agencias/InfoCatólica) El Papa Francisco ha abierto el proceso de beatificación de Robert Schuman, considerado uno de los padres fundadores de la Unión Europea (UE), al autorizar a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto que reconoce sus «virtudes heroicas»
Francisco recibió este sábado al cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y en la audiencia, autorizó a la misma a promulgar el decreto sobre «las virtudes heroicas del Siervo de Dios Robert Schuman, fiel laico».
Nacido el 29 de junio 1886 en Clausen (Luxemburgo) y muerto en Scy-Chazelles (Francia) el 4 de septiembre de 1963, Schuman está considerado uno de los padres fundadores de la UE en 1950.
El Día de Europa se celebra cada 9 de mayo en recuerdo de la denominada Declaración Schuman, en la que el ministro francés de Exteriores dio el primer paso para la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), el germen de la actual UE, tras la devastación que dejó la II Guerra Mundial.
Un proceso largo
El proceso para determinar las virtudes heroicas ha sido un poco más largo que los últimos santos canonizados después de la reforma del proceso. El Papa Juan Pablo II quería evitar las implicaciones políticas partidarias.
Esto no impidió que San Juan Pablo II citara repetidamente la obra de Robert Schuman, un hombre «inspirado por una profunda fe cristiana». Benedicto XVI también elogió su acción, acogiendo con satisfacción su participación en la construcción europea e insistiendo en que conserve la herencia cristiana deseada por sus Padres Fundadores.
Un hombre de fe
En la nota biográfica distribuida por la Congregación para las Causas de los Santos se destaca que el Siervo de Dios Robert Schuman «vivió la virtud de la fe como una dimensión totalizante. Adoptó la decisión de dedicarse a la política como un acto de obediencia a la voluntad de Dios».
«La fe nutrió y sostuvo su impulso a trabajar por una Europa unida y reconciliada. La participación cotidiana en la Eucaristía, recogida y silenciosa, suscitaba maravilla y admiración en cuantos lo conocieron».
Robert Schuman, incluso en el período de mayor compromiso político (fue ministro de Finanzas, de Asuntos Exteriores y de Justicia en el gobierno francés), «visitaba con regularidad el Santísimo Sacramento» y «el sacramento de la reconciliación». Era un hombre «de oración personal y litúrgica, celebraba regularmente la liturgia de las Horas».
También era asiduo «a la meditación cotidiana de la Escritura, así como de la oración del Rosario. Un aspecto particular y característico de la espiritualidad de Schuman fue su amor hacia las grandes abadías, donde trataba de refugiarse para acogerse a períodos de meditación y de oración».