(CNA/InfoCatólica) Los obispos europeos estan «muy preocupado por varias de las representaciones y argumentos» hechos en el llamado Informe Matić, que busca el reconocimiento de un «derecho al aborto» y la redefinición de la objeción de conciencia como una «negación de atención médica»
El documento de la COMECE (*) califica como «éticamente insostenible» clasificar el aborto como un «servicio sanitario esencial.»
«Una intervención médica de tal magnitud no puede ni debe convertirse en una práctica normal; su calificación como servicio esencial degrada al niño no nacido», dice el texto.
Los obispos indican que «como Iglesia, estamos convencidos de que la vida humana desde el principio, incluida la vida no nacida, posee una dignidad propia y un derecho independiente de protección». En opinión de la Iglesia, el aborto no es un medio de planificación familiar ni forma parte de la atención sanitaria ordinaria. El niño no nacido tiene un derecho humano a la vida».
La COMECE señala que la salud humana es una preocupación central de la Iglesia Católica, que reconoce el derecho a la salud como «una base esencial para una vida digna».
«La defensa de los derechos humanos es un componente central de la proclamación ético-social de la Iglesia, que considera los derechos humanos como la base de la convivencia pacífica entre los pueblos y está convencida de que corresponden profundamente a la comprensión cristiana y bíblica de la dignidad del ser humano», dice el documento.
La comisión añadió que valoraba la preocupación fundamental del proyecto de resolución, que es la protección de la salud y los derechos de las mujeres, pero lamentaba la «perspectiva unilateral» del documento sobre el aborto.
El Informe Matić «no refleja la tragedia y la complejidad de las situaciones en las que se encuentran las madres que se plantean abortar a su hijo no nacido», dijo.
Citando un documento de 1996 de los obispos alemanes, decía que «'con demasiada facilidad', sin embargo, 'se deja fuera de la consideración el derecho independiente a la vida del niño y se pasa por alto que el niño no nacido no es propiedad de los padres, sino que precisamente en su indefensión sólo se les confía a ellos.'»
«No hay duda de que la vida del no nacido no puede ser protegida contra la madre, sino sólo con ella», dicen los obispos. «Atender a las mujeres que se encuentran en peligro o en situación de conflicto a causa de su embarazo es una parte central del ministerio diaconal de la Iglesia y debería ser también un deber de nuestras sociedades».
El informe, presentado al Parlamento Europeo, órgano legislativo de la UE, por el político croata Predrag Fred Matić, se debatirá el 23 de junio. La votación tendrá lugar al día siguiente.
(*) La COMECE está formada por obispos delegados por las conferencias episcopales de los 27 estados miembros de la Unión Europea,