(Luis F. Pérez/InfoCatólica) Jorge Enrique Mújica, LC, colaborador habitual de InfoCatólica y de otros medios de comunicación católicos en la red, hace este domingo su profesión perpetua en el Instituto irlandés de Monterrey, en una ceremonia presidida por el padre Álvaro Corcuera, director general de los Legionarios de Cristo y del Movimiento de apostolado Regnum Christi.
En una entrevista concedida a nuestro portal, Jorge Enrique explica el proceso de conversión que le llevó a sentir el llamado a consagrar su vida al servicio de Cristo y de su Iglesia. Mújica, que Dios mediante será ordenado sacerdote dentro de 5 ó 6 años, aborda sin ambages las preguntas referidas a la situación de la Legión de Cristo tras las informaciones publicadas acerca de su fundador y muestra su seguridad en que todo lo que venga de Su Santidad el Papa será una bendición. En relación al estado de los medios de comunicación católicos en la red, Jorge Enrique Mújica recuerda la necesidad de que cumplan con una infoética propuesta por el Papa en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2007. También expresa su convencimiento de que tales medios han de ser realmente católicos, de forma que en ellos se refleje el sentir de la Iglesia en cuanto a fidelidad al Magisterio.
Además de en InfoCatólica, se pueden encontrar los artículos de Jorge Enrique Mújica, entre otros sitios, en Catholic.net, Forum Libertas y Religión en Libertad. Es también el editor del semanario Análisis y Actualidad.
- ¿Puede explicarnos cómo llegó el llamado de la vocación religiosa? ¿Por qué optó por los Legionarios de Cristo?
-- Nací y crecí en una buena familia, de costumbres católicas, devotos de la Viren de Guadalupe –como buenos mexicanos– y estima hacia la Iglesia y sus pastores pero, digámoslo así, no “demasiado” practicantes por entonces. Cuando niño pensé en el sacerdocio como pensé en ser médico, abogado o actor. En la adolescencia fue quizá donde Dios más insistió. Para retirarme esas “ideas” me decía que “eran tentaciones”. Mi vida siguió por caminos donde Dios fue el gran ausente. En ese contexto, lejos de mi familia, experimenté por vez primera un vacío: la falta de un sentido para mi existencia y la necesidad de conversión.
Debo decir que la primera vez que escuché hablar de la Legión de Cristo (a inicios de abril de 2001) fueron comentarios nada halagüeños. En ese proceso de la búsqueda de una ayuda espiritual, la Providencia me llevó precisamente hacia un sacerdote Legionario que no sólo me brindó la amistad con Cristo sino que me enseñó la belleza de la vida consagrada. Dos meses después, en junio de 2001, ingresé en mi actual familia religiosa.
- Hace ocho años que decidió unirse a los Legionarios de Cristo, ¿qué ha podido aprender durante todo este tiempo?, ¿cómo se siente ahora que va a dar el decisivo paso de la profesión perpetua que le ligará por siempre a Cristo y su Iglesia?
-- En la Legión he recibido el tesoro más grande que tengo: mi amor a Cristo. De este amor se desprenden otros grandes “amores”: amor a la Iglesia, amor al Papa, amor a María y amor a las almas. Más allá de muchos otros elementos que me han enriquecido humana, apostólica e intelectualmente, lo fundamental ha sido esto.
Y como corolario, una consciencia cada vez más profunda de la necesidad de conocer, vivir y transmitir la caridad, carisma recibido en mi familia religiosa y precepto cristiano por excelencia: caridad de pensamiento, palabra y obra con todos y hacia todos. ¿Cómo me siento ante este paso? Profundamente agradecido con Dios nuestro Señor por el llamado recibido para ser servidor suyo.
- ¿Cuál será su proceso una vez realizada la profesión? ¿Se preparará para ser sacerdote?
-- El proceso de formación en la congregación es más o menos largo (12-13 años) pues la misión que Cristo nos confía precisa de una seria preparación. Esta amplitud responde a la motivación de estar a la altura de lo que la Iglesia y las almas esperan y necesitan de nosotros. En mi caso, todavía me quedan unos 5 o 6 años antes de recibir la gracia de la ordenación sacerdotal, si bien la misma profesión es ya un pasó-vínculo estrechísimo en este camino.
- En los últimos meses los Legionarios de Cristo han estado desgraciadamente de actualidad por las revelaciones públicas sobre la condición pecaminosa de su fundador. ¿Cómo le ha afectado a usted todo lo que se ha conocido hasta ahora? ¿Cómo se ve desde dentro la realidad actual de la Legión y qué puede decirnos de las reacciones que ha constatado entre sus compañeros legionarios y los miembros de Regnum Christi?
-- Su pregunta tiene tres partes y en las tres –quiero dejarlo claro desde el comienzo– respondo a título personal pues evidentemente cada uno afronta de una manera singular todo acontecimiento pues detrás de cada vida, de cada vocación, hay un itinerario espiritual, circunstancias y una experiencia distinta.
Sería falso afirmar que una noticia de este tipo no cueste. Ha sido un peso doloroso y, hasta cierto punto, humillante. Pero no me ha afectado negativamente en el sentido de que haya disminuido mi amor a Jesucristo ni a mi familia religiosa que fue donde conocí a Dios. De igual manera, mi deseo de santificación y servicio permanecen incólumes. Lo anterior es la consecuencia de una convicción fundamental: mi vocación la recibí de Cristo y es a Él, de la mano de mis superiores y según el carisma aprobado por mi Madre la Iglesia, a quien debo de responder cada instante de mi existencia.
Sí puedo decir que me ha causado un poco de tristeza la información que circula por la prensa y que, en cierta medida, se basa en una mezcla de información cierta con rumores, cavilaciones y juicios a priori y generalizados sobre todos los Legionarios. Me entristece porque muchas almas realizan a través de esa información su primer contacto con la Legión y, en definitiva, muchas veces también con la Iglesia católica.
En todo esto, me parece que es auténticamente cristiano discernir lo que en verdad ayuda para el bien de nuestra alma o lo que nos perjudica. Siguiendo este criterio, es justo preguntarnos si lo que vemos, escuchamos o decimos es para mayor santidad o no, si es para cumplir aquella máxima del “edificaos mutuamente” (cf. 1 Ts 5, 11) y aquella otra del “amaos intensamente unos a otros con corazón puro” (cf. 1 Pe 1, 22). Nada que venga de Dios puede llevarnos a acoger en nuestra alma sentimientos contrarios a la caridad. El criterio de acción es pensar siempre cómo actuaría Cristo. Y para esto, debe haber más horas ante la Eucaristía que ante a algunos medios de comunicación social.
En este contexto, me parece oportuno comentar que he recibido insultos o agresiones en diferentes post que algunas personas dejan en mis artículos (siendo que en ningún caso tenían relación con el tema de esta pregunta), o mensajes de correo electrónico hirientes. Desde luego disculpo todo porque en no pocas ocasiones una opinión puede estar condicionada por múltiples factores. Pero eso debe llevar a meditar mejor que el ofender no es un medio que refleje el deseo de construir, ayudar y, por qué no también, animar a una vocación en estos momentos.
Durante este periodo, he recibido también muestras de cercanía y ánimo por parte de numerosos amigos periodistas, escritores y directores de diferentes mass media. Su apoyo y aliento me mueve a expresarles públicamente mi honda gratitud.
Por último, yo me he beneficiado mucho del testimonio de vida santa de mis hermanos legionarios y de los miembros del Regnum Christi. Si ya de por sí había sido una constante en todos estos años, en los últimos meses el espíritu de unión y de familia lo he experimentado más vivamente. Su paz, su confianza en la Providencia y su deseo de una entrega más fiel a la voluntad de Dios ha sido lo que yo he visto y recibido y, por tanto, lo que vivencialmente puedo constatar y compartir.
- ¿Cree que la visitación apostólica servirá para superar todas las dificultades a las que se ha visto abocada la Legión tras lo que se ha sabido sobre su fundador?
-- Más que mi opinión personal interesa lo que Dios quiere dejar, enseñarnos y transmitirnos durante y después de la visita. Y para ello, más que decantarnos por elucubraciones, nos invita a ponernos de frente a la respuesta individual, libre y generosa para continuar con denodado esfuerzo el trabajo de santificación personal y de servicio a la Iglesia y a las almas en los apostolados que la congregación y el Regnum Christi impulsan con la anuencia, cercanía y bendición del Santo Padre, Vicario de Cristo y Pastor Supremo de la Iglesia. Todo lo que venga de Su Santidad será siempre una bendición.
- Usted es ya un experto articulista que colabora con varios medios de comunicación católicos, ¿se podría hablar de que tiene una vocación al periodismo dentro de la vocación sacerdotal y religiosa?
- Más que un llamado dentro del “Llamado”, es un asumir en primera persona la responsabilidad que, en realidad, tenemos todos los cristianos y que es la de ser comunicadores del Mensaje más importante de todos: Cristo mismo.
Hace 5 años, cuando tenía 20 años, comenzaron mis intervenciones en la prensa, y desde entonces me ha quedado claro que de la mano de la comunicación de ese “Gran Mensaje” está la predicación del Evangelio, el ser transmisores de la Palabra de Dios, heraldos del Magisterio de la Iglesia y defensores de la fe de las almas que el Señor ha tenido la confianza de poner en nuestro camino.
- ¿Cuál cree que debe ser el papel de los portales y medios católicos en internet? ¿Piensa que el catolicismo de habla española está aprovechando todo el potencial de la red de redes?
-- Respecto a lo primero, creo que hay dos vías a tomar en cuenta. 1) En cierta forma el Santo Padre marcó la pauta cuando en el mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2007 puso de manifiesto la necesidad de una infoética. Esta característica no es prescindible en un medio de comunicación católico. 2) Por otra parte, los medios de comunicación católicos, con la particularidad propia de acuerdo al fin de cada uno, deben ser efectivamente católicos. Es decir, la gente que los consulta debe hallar en ellos el reflejo del sentir de la Iglesia en cuanto a fidelidad al Magisterio. Esto implica, ciertamente, la creatividad de los que impulsan cada medio de comunicación para que sea atractivo incorporando las modernas tecnologías que van surgiendo.
Sobre lo segundo, desde luego que hay iniciativas muy valiosas y otras que pueden crecer aún más. No es el momento para un estudio analítico que ameritaría más espacio, pero concretamente las iniciativas españolas definitivamente marcan el rumbo.
- ¿Quiere añadir algo más para los lectores de InfoCatólica?
-- Ante todo agradecerte. Tú me abriste las puertas de ReligionenLibertad.com y, casi un año después, también las de InfoCatólica. Doy las gracias a los lectores que se acercan con ánimo de beneficiarse de los análisis sobre diferentes temas de actualidad que con profundo espíritu de servicio les ofrezco con humildad.
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Jorge Enrique Mújica es especialista en ética de las comunicaciones sociales. Ha realizado sus estudios en los centros de formación que su congregación tiene en Monterrey, México; Salamanca, Madrid y Ontaneda, España; y en Roma, Italia. Actualmente desarrolla su trabajo apostólico en la casa de la sede provincial de Monterrey, además de ofrecer consultas en temas relacionados con su especialidad en Catholic.net así como conferencias. También brinda dirección espiritual en el Instituto Irlandés de Monterrey y edita el semanario Análisis y Actualidad.
Contacto: [email protected].
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