(Vatican.news) Apóstol de la paz, de la Eucaristía, predicador incansable con el corazón abierto a los que pedían ayuda o una simple oración. El Papa Francisco destaca las múltiples características de San Norberto en la carta dirigida al padre Jozef Wouters, abad general de los Canónigos Regulares Premonstratenses, con motivo del Jubileo convocado para celebrar el 900 aniversario de la Abadía de Prémontré y el nacimiento de la primera comunidad de la que surgió la orden.
Una nueva sensibilidad
Francisco recuerda a San Norberto, nacido en 1075 en Xanten, Alemania, como «uno de los más solícitos artífices de la reforma gregoriana» trazando su vida y su vocación, que nació mientras crecía una nueva sensibilidad en la Iglesia. «No faltaron -escribe el Papa- hombres y mujeres, inspirados por Dios, que comenzaron a cuestionar los vínculos de los ministros de la Iglesia con intereses meramente mundanos. Norberto era uno de ellos». De ahí la elección de renunciar a la vida de la corte y seguir el camino de los apóstoles, abrazando la Regla de San Agustín.
«Las comunidades de su Orden han acogido esta herencia y, durante nueve siglos, han llevado a cabo su misión en el espíritu de la Regla de San Agustín, en la fidelidad a la meditación y a la predicación del Evangelio, apoyándose en el Misterio Eucarístico, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia».
Testigo del Evangelio
Su encuentro con el Papa Gelasio II le llevó a trabajar como predicador apostólico.
«Hoy más que nunca, querido Hermano, el anuncio de la Buena Noticia es necesario y requiere por parte de todos, especialmente de los sacerdotes, un compromiso generoso y, más aún, una fuerte coherencia entre el mensaje proclamado y la vida personal y comunitaria. Norberto fue un fiel servidor del Evangelio y un hijo cariñoso de la Iglesia, obediente al Papa«, «curaba a los enfermos a lo largo del camino, expulsaba a los espíritus malignos y conseguía aplacar antiguas rencillas entre familias nobles, hasta el punto de ser considerado un apóstol de la paz».
Las puertas abiertas
En 1121 Norberto eligió el valle de Prémontré para reunir a sus seguidores, fundando así la primera comunidad con la misión de orar por y con toda la Iglesia. Había una gran fascinación en torno a Premontré, donde se llevaba una vida religiosa austera, de la que formaban parte la hospitalidad y la atención a los pobres y peregrinos
«Queridos hijos de San Norberto, mantengan siempre esta apertura de corazón, que también sabe abrir las puertas de la casa, para acoger a los que buscan un consejero espiritual, a los que piden ayuda material, a los que desean compartir su oración. Que su liturgia sea siempre canónica, es decir, alabanza a Dios por el pueblo de Dios y con el pueblo».
Modelo de fe
En la Eucaristía, afirma el Papa, Norberto sacó siempre una gran fuerza, convirtiéndose así, aún hoy, en un modelo de fe para todos y, en particular, para los sacerdotes. Francisco recuerda también que muchas mujeres se han adherido al ideal norbertino dedicándose a la vida contemplativa, mientras que varias congregaciones religiosas, compartiendo su espiritualidad, se han dedicado al apostolado y al servicio de los más frágiles. De este modo se reforzó el vínculo entre las abadías premostratenses y las parroquias, manteniendo viva la enseñanza de Norberto.
«Su Fundador vivió en muchos ambientes diferentes, pero en cada circunstancia se dejó guiar por el Evangelio: como predicador itinerante, sacerdote, superior de una comunidad y obispo, siguió escuchando a Dios y a sus hermanos, y supo discernir en las diversas circunstancias de la vida, sin perder de vista su inspiración fundamental».
Al impartir su bendición, el Papa exhorta a los premostratenses, ahora repartidos por los cinco continentes, a permanecer constantemente fieles a la vida elegida a ejemplo de los apóstoles.