(Zenit/InfoCatólica) El joven Jeremiah, uno de los hijos del conocido escritor, teólogo y apologista católico converso del protestantismo y su también conocida esposa ex teóloga protestante Kimberly Hahn, se ha ordenado como sacerdote.
Scott compartió su alegría con el mundo en su perfil de Facebook:
«En este mes de mayo de 2021 veo a mi hijo Jeremiah convertirse en sacerdote. Como teólogo laico y católico catequizado, sé qué significa. Será transformado hasta las raíces de su ser. Será conformado a Cristo de modo especial para pronunciar palabras divinas con poder divino, perdonando los pecados y haciendo a Jesús realmente presente. Recibirá el poder del Espíritu Santo de actuar “in persona Christi” — como “otro Cristo”— para ser ministro como sacerdote terreno al servicio de Jesucristo mismo, nuestro único Sumo Sacerdote en lo más alto de los cielos (Heb 8, 1-4).
Como docente de Sagrada Escritura y Teología, se de todo esto a través del testimonio de la Biblia y de la Tradición. El sacerdocio de Jesucrisro, compartido con el clero de su Iglesia, es evidenciado en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Está prefigurado en el Antiguo y realizado en el Nuevo. Lo sé gracias a brillantes estudios de investigadores de mi sector, desde André Feuillet y Thomas Lane hasta Carter Griffin y John Bergsma. Yo mismo he escrito un libro sobre el sacerdocio, “Muchos son llamados: descubriendo la gloria del sacerdocio”.
Esta vez para mí, sin embargo, es diverso. La maravilla es en este momento preciso. Estaba presente — y, por gracia de Dios, como activo co creador— en la concepción de Jeremiah. Lo tomé en brazos cuando nació. Lo tranquilicé cuando comenzaron a salirle los dientes. He caminado con él en la adolescencia. Pero nada de aquello que ya he testimoniado en la vida puede parangonarse a la maravilla que Dios realizará el 21 de mayo con el Sacramento del orden.
Por favor, oren por Jeremiah. Oren sobre todo por su fidelidad, pero también porque como Jesús en su ministerio y como Dios en el acto de la creación, haga bien todas las cosas (Mc 7, 37). Al final, no estará sólo trabajando para Dios, sino que estará cumpliendo su obra, con las manos de Dios. No estoy orgulloso cuando afirmo que desde el momento de mi conversión nutro gran aprecio por la belleza de las Ordenes Sagradas. No obstante escándalos y abandonos, este aprecio no ha hecho sino aumentar».