(CNA) «Nunca firmaré un proyecto de ley que implique la autorización de un asesinato», dijo Vella, según el Times of Malta.
«No puedo impedir que el ejecutivo decida, eso le corresponde al parlamento. Pero tengo la libertad, si no estoy de acuerdo con un proyecto de ley, de dimitir e irme a casa, no tengo ningún problema en hacerlo».
Vella ha hecho estas declaraciones después de que la diputada independiente Marlene Farrugia presentara el 12 de mayo en el Parlamento maltés un proyecto de ley para despenalizar el aborto, el primero de este tipo en el país mediterráneo.
El proyecto de ley propone la supresión de tres artículos del código penal de Malta, en virtud de los cuales cualquier persona que solicite o ayude a practicar un aborto puede ser condenada a hasta tres años de prisión, aunque los procesamientos son poco frecuentes.
Preguntado sobre si cree que hay casos en los que el aborto debería estar permitido, el presidente de 79 años dijo: «Se ha matado o no se ha matado, no puede haber una muerte a medias. Soy muy claro, no hay peros».
Los dos principales partidos de Malta, país insular en el Mediterráneo con una población de medio millón de personas, han manifestado su oposición al proyecto de ley, pero por diversas razones.
El Partido Laborista dijo que estaba abierto a debatir la despenalización, pero que no quería someter el asunto a votación parlamentaria.
El Partido Nacionalista dijo que nunca estaría a favor de la despenalización porque defiende el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte.
El arzobispo Charles Scicluna de Malta dijo el 13 de mayo que la despenalización del aborto sería un paso atrás.
«El vientre de una madre es algo querido y sagrado, es allí donde la vida humana puede crecer. Oremos para que el útero siga siendo un lugar de vida, no un lugar donde se comete una matanza»
Más del 90% de la población de Malta está bautizada como católica.