(CNA/InfoCatólica) El Hospital Universitario Karolinska, encargado en Suecia de tratar a los menores con disforia de género, anunció en marzo que a partir del 1 de abril de 2021 no suministraría medicamentos «bloqueadores de la pubertad» ni hormonas de sexo cruzado a los menores de 16 años. Los medios de comunicación anglófonos se hicieron eco de la decisión ayer, 5 de mayo.
Un comunicado del hospital habla de la preocupación por los efectos a largo plazo de los fármacos y los procedimientos hormonales, así como las dudas sobre el consentimiento plenamente informado de los pacientes menores de 16 años.
Ryan Anderson, presidente del Centro de Ética y Políticas Públicas, elogió los cambios y pidió más protecciones para los niños con disforia de género. Anderson es autor de un libro crítico con el movimiento transgénero, «When Harry Became Sally: Responding to the Transgender Moment».
«Se necesita una legislación prudente para evitar que los adultos interfieran en el desarrollo corporal normal y natural de un niño. Los procedimientos de 'afirmación de género' violan la ética médica», dijo Anderson el miércoles a CNA.
«Estos procedimientos son totalmente experimentales. No existe ni un solo estudio prospectivo a largo plazo sobre las consecuencias a dicho largo plazo de bloquear el desarrollo puberal normal de un niño por lo demás físicamente sano», dijo.
El comunicado del hospital citaba la sentencia de diciembre de 2020 del caso Bell contra Tavistock, en la que el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales determinó que era «muy improbable» que los niños menores de 13 años pudieran dar un consentimiento plenamente informado para recibir bloqueadores de la pubertad y hormonas de sexo cruzado; el tribunal añadió que era «muy dudoso» que los niños de 14 y 15 años pudieran dar su pleno consentimiento a los procedimientos.
Los menores de entre 16 y 18 años que deseen recibir tratamientos hormonales sólo pueden hacerlo en entornos de ensayos clínicos aprobados por una junta de revisión institucional, dijo el hospital.
El hospital declaró además que los niños con disforia de género podrán seguir recibiendo atención psicológica y psiquiátrica en virtud de las nuevas políticas. Todos los menores que actualmente reciben tratamientos hormonales para el cruce de sexos y bloqueadores de la pubertad serán evaluados para futuros tratamientos, y deberán ser informados lo mejor posible de los riesgos de los procedimientos de transición de género, dijo el hospital.
Anderson afirmó que es «profundamente antiético intervenir en el desarrollo físico normal de un niño como parte de la afirmación de una identidad de género contraria al sexo corporal».
«Aunque los fármacos bloqueadores de la pubertad pueden ser un tratamiento apropiado para la pubertad precoz -el inicio temprano de la pubertad- con el fin de retrasar la pubertad hasta una edad biológicamente apropiada, eso no es lo que está ocurriendo aquí», dijo. «El uso de bloqueadores de la pubertad para retrasar o bloquear permanentemente la pubertad biológica natural no es ético y viola la integridad corporal de los niños».
Entre los efectos secundarios comunicados por quienes se les recetó Lupron, un fármaco contra el cáncer de próstata que también se utiliza para retrasar o detener la pubertad, figuran la infertilidad, la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares.
Antes de los nuevos cambios de política, el hospital Karolinska proporcionaba procedimientos de transición de género, incluidas las cirugías, a niños y adultos. En octubre de 2019, un programa de televisión de investigación sueco informó de que el hospital realizó una doble mastectomía a niños de tan solo 14 años.