(Aica) A través de un Motu proprio «Antiquum ministerium» el Santo Padre establecerá formalmente el ministerio de catequista, desarrollando esa dimensión evangelizadora del laicado que esperaba el Concilio Vaticano II.
El presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, el arzobispo Rino Fisichella, será el encargado de presentarlo, junto con el obispo alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst, delegado de Catequesis del Dicasterio.
El Pontífice había tenido esta idea en su corazón durante algunos años, ya que en un video mensaje de 2018 a los participantes en una conferencia internacional sobre el tema, manifestó claramente que el «catequista es una vocación»: «Ser catequista, esta es la vocación», no «trabajar como catequista».
Un papel para el que Francisco dijo en su mensaje «es responsabilidad del primer anuncio».
En un contexto de «indiferencia religiosa -indicó el Papa- su palabra será siempre un primer anuncio, que llega al corazón y a la mente de muchas personas que esperan encontrar a Cristo».
Y poco después añadió que esta «forma de servicio que se realiza en la comunidad cristiana» requería ser reconocida «como un verdadero y genuino ministerio de la Iglesia».
Un servicio para ser vivido con intensidad de fe y en una dimensión comunitaria, como también subrayó el pasado 31 de enero en la audiencia con los participantes en el encuentro impulsado por la Oficina Nacional de Catequesis del episcopado italiano.
«Este es el momento -dijo el Papa- de ser artesanos de comunidades abiertas que sepan potenciar los talentos de cada uno. Es el tiempo de las comunidades misioneras, libres y desinteresadas, que no buscan relevancia y provecho, sino que recorren los caminos de la gente de nuestro tiempo, inclinándose sobre los marginados».