(Colorado Times/InfoCatólica) La conferencia anual, denominada Converging Roads, fue organizada por la Archidiócesis de Denver, los hospitales católicos regionales SCL Health y Centura Health, y la Fundación San Juan Pablo II, un apostolado católico nacional cuya misión es «proclamar la Buena Nueva sobre la vida y la familia a través de la educación y la formación», según su sitio web.
La conferencia anual tiene como objetivo guiar a los profesionales católicos de la salud a través de los «desafíos éticos» que presenta la convergencia de su profesión médica y las enseñanzas de la Iglesia en temas como el aborto, la atención al final de la vida, la orientación sexual y la identidad de género.
«Ayudamos a los profesionales a entender los problemas, y les damos herramientas para que piensen en los múltiples desafíos éticos de una manera cuidadosa y sistemática», dijo Arland K. Nichols, presidente de la Fundación San Juan Pablo II, en una entrevista con Denver Catholic. «Las familias confían en ellos no sólo para que desarrollen sus actividades médicas esenciales, sino para que sean capaces de aconsejarles sobre el camino mejor y más sólido a seguir».
La Iglesia católica y su postura en temas de salud tienen un gran impacto en el sistema sanitario de Estados Unidos. Según un informe de 2016 de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), una de cada seis camas de hospital en Estados Unidos está en centros católicos, lo que representa un aumento del 22% desde 2001.
Estos hospitales operan bajo las «Directivas Éticas y Religiosas» que son presentadas por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y que imponen restricciones a la atención de la salud reproductiva, incluyendo la anticoncepción, la esterilización, muchos tratamientos de fertilidad y el aborto. Las directivas también restringen la eutanasia y los tratamientos quirúrgicos y hormonales para los pacientes transgénero.
La conferencia de la semana pasada ilustra la profunda relación que existe entre la doctrina moral y social de la Iglesia, desde las cuestiones LGBTQ hasta el aborto, y la atención médica que los pacientes pueden esperar cuando acuden a los proveedores católicos.
Entre los ponentes de la conferencia del 10 de abril se encontraba el arzobispo de Denver, Samuel Aquila, quien se centró especialmente en la identidad de género, diciendo en un momento de su discurso: «Puedo identificarme como de 1,90 metros, pero todavía tengo problemas para poner el equipaje en los compartimentos superiores de los aviones», provocando las risas de la multitud.
«Es importante señalar que la conversación en torno a estos conflictos se basa en una mentalidad secular que ve la libertad como la capacidad de hacer lo que uno quiere, en lugar de la comprensión católica de la libertad como la capacidad de hacer el bien», continuó Aquila. «Cuando no elegimos el bien tal y como lo define Dios, nos convertimos en esclavos del diablo y nunca alcanzamos la verdadera felicidad».
Sin verdadero matrimonio, se justifica todo
El prelado también sugirió que el matrimonio sin procreación puede utilizarse para justificar cualquier cosa:
«Una vez que eliminas a los niños de la ecuación puedes justificar cualquier cosa, así que tienes a los poliamorosos, tienes la poligamia, puedes tener a tu perro mascota como tu cónyuge, y es una locura», dijo Aquila.
El arzobispo ofreció orientación a los profesionales de la salud en su medio para operar en lo que él llamó una era «poscristiana».
«A medida que se erosiona el apoyo cultural a la libertad religiosa, los proveedores católicos serán examinados por no ajustarse al código secular de creencias, probablemente bajo la etiqueta condenatoria de discriminación», dijo.
«Solo lograremos mantener una posición de influencia en nuestra cultura si nos volvemos más católicos», aseguró. Y añadió: «Una de las caídas de la Cristiandad ha sido que nos hemos vuelto tibios en nuestras creencias».
Mons. Aquila instó a los proveedores de atención médica católicos a mantenerse fieles a las enseñanzas de la iglesia sobre la salud reproductiva y los problemas LGBTQ a pesar del rechazo de otros médicos o de los hospitales donde trabajan.
«Tener ese tipo de creencia y actitud y hablar a pesar de que algunos de los médicos o parte del personal del hospital no lo aprecien, es esencial para dar testimonio», dijo Aquila.