(Efe) «Tres miembros de esta célula muy peligrosa se movían en un coche Nissan para cometer una operación hostil y fueron bloqueados. Entonces dispararon contra las fuerzas de seguridad, que respondieron causándoles la muerte, además de la explosión de un cinturón explosivo que llevaba uno de ellos», indicó en un comunicado.
Según la nota, la célula a la que pertenecían los tres terroristas estuvo involucrada en el asesinato de Nabil Habashi, en la zona de Al Abtal, en el norte de la península del Sinaí, donde el EI se ha hecho fuerte en los pasados años.
Interior afirmó que la célula planificaba «llevar a cabo una serie de acciones hostiles contra los ciudadanos coptos y sus propiedades y lugares de culto» así como contra «posiciones de la Fuerzas Armadas y la Policía».
Habashi era un cristiano copto cuyo asesinato «por colaborar con el Ejército egipcio» es mostrado en un vídeo difundido por el grupo yihadista en uno de sus canales de propaganda en las redes sociales.
La grabación también contiene la ejecución de dos jóvenes de 21 y 28 años pertenecientes a tribus del Sinaí que, interrogados por los combatientes ante la cámara, afirman que fueron capturados mientras participaban en campañas contra el EI.
Interior no hizo referencia a esos dos ejecutados que, al igual que Habashi, aparecen en la cinta recibiendo disparos en la parte posterior de la cabeza mientras están arrodillados.
Según la Fundación del Sinaí para los Derechos Humanos, una ONG local que monitorea la situación en esta región, el EI había secuestrado a Habashi en noviembre pasado por, según su hijo, ser cristiano y por su actividad religiosa, y había pedido un rescate por su liberación.
Por su parte, la Iniciativa Egipcia para Derechos Personales explicó en un comunicado que los ataques contra los cristianos en el norte del Sinaí se vienen registrando desde 2011, desde la destrucción de sus propiedades y la quema de iglesias, hasta llegar a los asesinatos en 2017.
La ONG advirtió de que si no se toman acciones «serias» respecto a estos ataques continuará la huida de las familias cristianas de esta zona, en la que el Ejército egipcio lanzó en febrero de 2018 una campaña contra los terroristas.
El acceso al área está restringido a la prensa, por lo que no se puede verificar la información distribuida por las autoridades ni por los propios yihadistas, que reivindican ataques contra las fuerzas de seguridad casi a diario.