(ACN/InfoCatólica) «No se puede respetar la dignidad humana sin tomar seriamente sus creencias, su identidad profunda que moldea convicciones. Es una parte importante e indispensable de la dimensión de la vida humana y los derechos humanos sin la libertad religiosa dejarían de ser del todo humanos», ha insistido el profesor Bielefeldt.
A raíz del próximo lanzamiento del Informe de Libertad Religiosa en el Mundo, que edita cada dos años Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Heineer Bielfeldt ha querido subrayar el valor que este derecho, recogido en el artículo 18 de la Declaración Universal de los DDHH, tiene para la persona.
Por ello, ha explicado que «no se pueden tener derechos humanos sin respetar la dignidad de las personas. Y la dignidad de las personas está muy interrelacionada con sus creencias y la identidad profunda que modela sus convicciones. Los derechos humanos y la dignidad humana requieren el compromiso de la libertad religiosa».
El profesor Bielefeldt se ha mostrado seguro de la «erosión» que se está produciendo a nivel mundial y en las instituciones de todas aquellas iniciativas que protegen los derechos humanos en el marco de la ONU.«Vemos violaciones contra la libertad religiosa en muchas partes del mundo» ha admitido, y «muchas de estas violaciones están causadas por el fanatismo religioso. Otras por ideologías nacionalistas recalcitrantes, que tienen como objetivo a ciertas personas, seguidores de una religión, que pertenecen a nuestra nación, a nuestra identidad nacional o contra extranjeros que amenazan la identidad».
También ha explicado que existe otro autor de los ataques a la libertad religiosa: los regímenes autoritarios que tienen una «obsesión insaciable de controlarlo todo», en particular los regímenes unipartidistas que no permiten que se desarrollen movimientos sociales de manera independiente.
El Informador Especial de Naciones Unidas sobre Libertad Religiosa ha pedido «ejercer presión» para la protección de la libertad religiosa y de todos los derechos humanos en general, como la llevada a cabo por el Parlamento Europeo de adoptar unas directrices sobre la libertad religiosa que obliga a sus embajadas a nivel mundial a observar la situación de las minorías religiosas en peligro.