(Fides/InfoCatólica) La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) ha publicado su mensaje final después de la Asamblea General que se llevó a cabo del 12 al 16 de abril.
El mensaje dice así:
«Brasil vive una grave crisis sanitaria, económica, ética, social y política, agravada por la pandemia, que nos interpela, poniendo de manifiesto las desigualdades estructurales arraigadas en la sociedad brasileña. Aunque todo el mundo sufre la pandemia, sus consecuencias son más devastadoras en la vida de los pobres y débiles. Esta realidad del sufrimiento debe resonar en el corazón de los discípulos de Cristo. Todo lo que promueva o amenace la vida concierne a nuestra misión como cristianos. Siempre que nos posicionamos en cuestiones sociales, económicas y políticas, lo hacemos por exigencia del Evangelio. No podemos callar cuando se amenaza la vida, no se respetan los derechos, se corrompe la justicia y se instituye la violencia.
Somos pastores y nuestra misión es cuidar de vosotros. Nuestro corazón sufre por la escasa participación del Pueblo de Dios en las iglesias. Sin embargo, el carácter sagrado de la vida humana nos exige sabiduría y responsabilidad. Por lo tanto, en este momento, debemos seguir observando las medidas sanitarias en lo que se refiere a las celebraciones presenciales».
La CNBB están de acuerdo en el papel importante que juega la familia para la experiencia de fe y solidaridad y exhorta a toda la comunidad: «Unidos en la oración y el cuidado de la vida, superaremos este momento».
También hicieron un llamado al gobierno recordándole «la misión de orientar a Brasil según los dictados de la Constitución Federal, que considera la salud un derecho de todos y un deber del Estado». En las condiciones actuales «son inaceptables los discursos y actitudes que niegan la realidad de la pandemia, ignoran las medidas sanitarias y amenazan el estado de derecho democrático».
Solicitan «una mayor inversión en la salud pública y en la atención a los enfermos, preservando y fortaleciendo el Sistema Único de Salud» y también piden apoyo para la educación, citando el con el Pacto Mundial por la Educación propuesto por el Papa Francisco.
Hacen un llamado de atención preocupados al ver que la violencia, la desinformación y la incitación al odio, imperan en el país, especialmente en las redes sociales y se usa la religión como una herramienta de disputa política.
Es necesario que se promueva superar las desigualdades y que el gobierno «no se someta a los intereses económicos, y se guíe por la fraternidad y la amistad social».
Por último, hacen «un fuerte llamamiento a la unidad de la sociedad civil, de las Iglesias, de las entidades, de los movimientos sociales y de todas las personas de buena voluntad, en torno al Pacto por la Vida y por Brasil. Con un compromiso renovado, tomemos iniciativas concretas para promover la solidaridad y el compartir».