(Die Tagespost/InfoCatólica) El Parlamento suizo no ha podido hurtar a los ciudadanos el derecho a opinar sobre el asunto.
El comité no-partidista contra el «matrimonio para todos» presentó el lunes a la Cancillería Federal la petición de un referéndum contra la decisión del Parlamento de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El Consejo Nacional lo aprobó en diciembre por 136 votos a favor, 48 en contra y 9 abstenciones, y el Consejo de Estados por 24 votos a favor, 11 en contra y 7 abstenciones.
El comité, con representantes principalmente de la Unión Democrática Federal (UDE) y la UDC, ha recogido 59.176 firmas certificadas y 7.334 no certificadas.
Una de las principales objeciones a la ley aprobada por el Parlamento es que se ha hecho sin modificar la Constitución.
A finales de febrero parecía que el comité no iba a ser capaz de lograr su objetivo. Para que la obligatoriedad de celebrar un referéndum entre en vigor, se necesitaban 50.000 firmas válidas en un plazo de cien días. El comité del referéndum se vio obligado a hacer un «llamamiento urgente» porque hasta entonces habían recogido «menos de la mitad de las firmas requeridas».
Los Verdes anuncian ahora en su página web que se «comprometen a luchar» contra el referéndum. El ala liberal del partido había propuesto el «matrimonio para todos» (ndr:así lo llaman) hace siete años. «Queremos vivir en una sociedad en la que las parejas del mismo sexo tengan los mismos derechos que las heterosexuales. La orientación sexual no tiene nada que ver con el derecho al matrimonio», dijo Michael Töngi, miembro del Consejo Nacional.
Para los Verdes, es una cuestión de igualdad y no discriminación. Por ello, el partido se congratula de que la nueva ley también permita a las parejas femeninas acceder a los procedimientos de medicina reproductiva. Es decir, las lesbianas casadas podrán inseminarse artificialmente para tener hijos, que serán de ambas. Curiosamente, no se permite a las parejas homosexuales formadas por hombres el adoptar hijos, aunque los proponentes del referéndum advierten que tal hecho acabará abriendo el camino a la maternidad subrogada. El portavoz del comité ha dicho:
«El acceso a la medicina reproductiva decidido inconstitucionalmente para las parejas de lesbianas abrirá tarde o temprano las puertas a la legalización de la gestación subrogada. El niño será degradado a un producto de catálogo, la mujer a una »máquina de engendrar adquirible».
El presidente de la UDE, Daniel Frischknecht, ha declarado:
«El matrimonio tiene que ser exclusivamente entre un hombre y una mujer. Tener hijos es un regalo, no un derecho. Los niños no son una mercancía».