(ADF/InfoCatólica) Nada podría haber preparado a Tom Mortier para la devastadora noticia que iba a recibir un día de abril de 2012. El hospital de su localidad lo llamó pidiéndole que recuperara el cuerpo de su madre de la morgue. Le informaron de que había sido asesinada por un doctor usando una inyección letal porque sufría una «depresión intratable».
Estos hechos ocurrieron en Bélgica, donde la eutanasia es legal, pero la ley especifica que la persona debe estar en «una condición médicamente inútil de sufrimiento físico o mental constante e insoportable que no puede ser aliviado, resultante de un trastorno grave e incurable causado por una enfermedad o accidente». La madre de Tom estaba físicamente sana, y el psiquiatra que la trató durante más de 20 años había dicho que no cumplía con los requisitos de la ley belga de eutanasia.
Ya es lo suficientemente grave que una mujer físicamente sana haya podido morir a manos de un médico en contra de lo que le aconsejó su médico de cabecera. Pero hay otro detalle que hace que este caso sea aún más preocupante: el médico que la mató forma parte del organismo gubernamental responsable de comprobar en cada caso que se han cumplido los requisitos de la ley de eutanasia.
El número de muertes por eutanasia ha aumentado en Bélgica cada año desde su legalización y ni uno solo de los 8.000 casos documentados por el organismo gubernamental ha sido tachado como sospechoso. La fiscalía investiga el caso pero hasta ahora no ha habido noticias. ADF International investiga la duración de los procedimientos legales.
ADF International representa a Tom Mortier ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos argumentando que Bélgica no ha protegido adecuadamente el derecho a la vida de su madre. El Tribunal ha decidido previamente que el derecho a la vida requiere que los Estados tomen medidas para proteger la vida de las personas más vulnerables. En enero de 2019 el Tribunal admitió el caso.
ADF International lanzó la campaña ‘Afirmar la dignidad’ para concienciar a los medios de comunicación y a otras personas influyentes sobre este tema. En mayo de 2016, presentó el caso de Tom Mortier al grupo de trabajo del Parlamento Europeo sobre la dignidad humana, destacando las recientes y preocupantes propuestas en Bélgica y Países Bajos para modificar la ley relativa a la eutanasia.
«Los hechos acontecidos y los requisitos de la ley en Bélgica están tan alejados los unos de los otros que demuestra que, si se legaliza la eutanasia, esta no se puede controlar», dijo Robert Clarke, asesor jurídico de ADF International. «La reciente ampliación de la eutanasia a los niños sin límite de edad muestra por qué es esencial que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos exija a Bélgica que proteja el derecho a la vida de sus ciudadanos», sentenció.