(Gènetiqué/InfoCatólica) Se trata de una realidad que la CFCEE no investiga, a pesar de que que durante los debates de 2002 antes de aprobar la ley, «uno de los argumentos era precisamente evitar la iniciativa individual de los profesionales, proporcionando un marco legislativo claro».
«No somos una comisión de investigación», se defiende Jacqueline Herremans, abogada del Colegio de Abogados de Bruselas, miembro de la CFCEE y presidenta de la asociación por el derecho a morir con dignidad en Bélgica (ADMD).
La cuestión del consentimiento en el caso de los trastornos mentales
Entre 2018 y 2020, la CFCEE contabilizó 78 eutanasias por «sufrimiento constante, insoportable e inapelable», en personas con trastornos mentales. Se trata de «una pendiente resbaladiza», según An Haekens, psiquiatra del Hospital Alexian Brothers de Tienen. De hecho, «la evaluación de las posibilidades de recuperación es mucho más compleja en el caso de los trastornos mentales que en el de las enfermedades somáticas», señala.
«El terrible riesgo es aplicar la eutanasia cuando la situación puede restablecerse», afirma Ariane Bazan, profesora de psicología clínica y psicopatología de la ULB. «Todos los días, mis pacientes me hablan de la muerte y, en algunos casos, me piden que les aplique una inyección letal», dice el Dr. Haekens. «Mi papel como médico es escucharles, darles el tratamiento adecuado y luchar contra los suicidios, no responder concretamente a su petición», asegura.
En 2020, tres médicos fueron procesados en el Tribunal de lo Penal por haber practicado la eutanasia en 2012 a Tine Nys, una mujer de 38 años que sufría depresión y un trastorno autista. Un caso validado «inmediatamente» por la CFCEE. Cuatro meses después, la joven fue eutanasiada. Los médicos fueron finalmente absueltos. Por su parte, la familia denunció una «carrera hacia la eutanasia».
«Hoy en día, en Bélgica, la eutanasia ya no concierne sólo a las personas que se encuentran al final de su vida, sino a las que consideran que su vida es indigna y que hacen recaer la responsabilidad de acabar con su vida en la institución», dijo Léopold Vanbellingen, investigador del Instituto Europeo de Bioética. El Colegio de Medicina ha pedido en repetidas ocasiones que se «extreme el cuidado en la evaluación de los casos».