(SIC/InfoCatólica) La carta del Pontífice ha sido la sorpresa agradable del inicio del Congreso sobre los 50 años de la proclamación de Santa Teresa como Doctora de la Iglesia. Nada más comenzar la Misa inaugural en el convento de La Santa, el Vicario de Pastoral de la diócesis de Ávila, Jorge Zazo, se acercaba al ambón y comenzaba a leer: «Al querido hermano Mons. José María Gil Tamayo, Obispo de Ávila …»
Son las primeras palabras de una carta que el Papa Francisco ha enviado al obispo diocesano, Mons. José María Gil, con motivo de la inauguración de dicho Congreso. En ella, el Pontífice señala la actualidad del mensaje de «la Santa de Ávila», que «nos sigue hablando hoy a través de sus escritos, y su mensaje está abierto a todos, para que al conocerlo y contemplarlo nos dejemos seducir por la belleza de la palabra y pueda hacer brotar dentro el deseo de avanzar en el camino hacia la perfección».
«A pesar de los cinco siglos que nos separan de su existencia terrena, la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla», destaca el Pontífice en su misiva, en la que define a la mística abulense como «una mujer excepcional», que supone «un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad».
Una carta al obispo de Ávila, en la que también ha querido animar a todos los participantes en el Congreso para que «sigan profundizando en el mensaje de la Santa abulense y difundiendo su enseñanza».