(ACN/IntoCatólica) El padre Emmanuel Yousaf, director nacional de la Comisión Católica de Justicia y Paz de Pakistán, ha señalado que en 2020 «uno de los hechos más notorios fue el aumento de los casos de secuestro, matrimonio forzado y conversión forzosa». Y ha añadido:
«Este fenómeno, aunque no nuevo, se ha acelerado en los últimos tiempos debido a la falta de leyes adecuadas y a la no aplicación de las medidas existentes para proteger a las jóvenes menores y mujeres de las comunidades religiosas minoritarias».
Custodiar, proteger y acompañar
Así, jurisprudencia ya existente como la Ley de Restricción del Matrimonio Infantil de Sindh, de 2014, destinada a impedir el matrimonio de niñas secuestradas, prohibiéndolo en este estado para menores de 18 años, no ha impedido que los tribunales fallen a favor de los secuestradores, como ha ocurrido en el caso de Huma Yousef, de 14 años. De acuerdo con una decisión del Tribunal Supremo sobre matrimonios entre musulmanes, los jueces Muhammad Iqbal Kalhoro e Irshad Ali Shah dictaminaron en febrero de 2020 que, dado que Huma Yousef se había convertido al islam y ya había tenido su primer periodo, el matrimonio con su presunto secuestrador Abdul Jabbar era válido.
La iniciativa de la CCJP para proteger a las niñas de las minorías incluirá consultas con políticos y otras personas con capacidad decisoria tanto a nivel de estados federales como nacional, medidas para la concienciación de la comunidad acerca del problema y prestación de ayuda legal a las víctimas.
«En la CCJP hemos estado documentando y haciendo un seguimiento de los casos de secuestros, matrimonios y conversiones forzados de niñas menores y también de mujeres adultas, hindúes y cristianas», ha informado el padre Yousaf. «La presión del entorno sobre los tribunales por parte de grupos extremistas, la actitud sesgada de la policía, el miedo a la reacción del secuestrador y el estigma asociado obligan a la víctima a declarar a menudo a favor de su secuestrador», ha explicado:
«La CCJP cree que, con el fin de iniciar y efectuar un cambio, es necesario actuar tanto a nivel nacional como internacional para alzar la voz, exigir que el Estado tome medidas adecuadas y también organizar un llamamiento público para que se legisle en este sentido».
Según el Movimiento por la Solidaridad y la Paz de Pakistán, cada año son secuestradas hasta mil niñas y mujeres cristianas e hindúes de entre 12 y 25 años de edad, la misma entidad también sugiere que, debido a la frecuente omisión de denuncias y a los problemas con la policía, la magnitud del problema podría ser mayor.