(CNAd/InfoCatólica) Según un comunicado de prensa, Sternberg dijo literalmente: «Sobre la base del testimonio común, podemos tomar nuestra decisión en conciencia. Las puertas están abiertas».
El comunicado dice que durante el ÖKT, «las congregaciones cristianas abren sus puertas con la conciencia de que Jesucristo invita a la Cena del Señor y a la Eucaristía».
«Los cristianos de todas las confesiones tendrán esta noche la oportunidad de entrar, conocer las diferentes tradiciones y -siguiendo su propia conciencia- unirse a la celebración de la memoria viva de Jesucristo. Desde Frankfurt debe salir la señal de que seguimos buscando la unión ecuménica, en la vida cotidiana y en las visitas mutuas a las congregaciones».
Sternberg, político de la CDU y laico católico, es, entre otras cosas, presidente del organismo Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) y copresidente de la «Asamblea Sinodal», junto con el obispo Georg Bätzing de Limburgo.
Bätzing ignora también la autoridad de Roma
El obispo de la diócesis de Limburgo, sede del próximo ÖKT, dios instrucciones a los sacerdotes de su diócesis en una carta del 1 de marzo para que también administren la Sagrada Comunión a los no católicos si lo solicitan después de hacer un examen de conciencia. Se da la circunstancia de que el obispo de dicha diócesis es Mons. Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, que lleva meses demostrando que no tiene intención alguna de someterse a la autoridad del Papa y la curia a su servicio.
Según la carta de Bátzing, en el congreso no podrá haber intercelebración, ni celebración conjunta de la Santa Misa por parte de clérigos de distintas confesiones, ni «recepción general y transconfesional de la Eucaristía», ni «nuevas formas de celebración eucarística», Pero añade:
«El requisito previo para una recepción digna de los dones eucarísticos es, tanto para los católicos como para los no católicos, el examen de la propia conciencia. Como pastores, respetamos la decisión de conciencia cuando alguien recibe la Sagrada Comunión después de un examen serio y de acuerdo con la fe católica»
En su carta a los sacerdotes de la diócesis de Limburgo, Bätzing califica la propuesta del «Grupo de Trabajo Ecuménico» de intercomunión sin celebración conjunta como una «valiosa apertura» que «no quiere poner en peligro bajo ningún concepto». Por lo tanto, no es posible una «intercelebración» en el «Tercer Congreso Ecuménico de la Iglesia» en Frankfurt. Bätzing también rechaza las «nuevas formas de celebraciones eucarísticas» y la «recepción general e interconfesional de la Eucaristía». Es decir, pretende que no se administre indiscriminadamente la comunión a los no católicos, pero sí a aquellos que lo soliciten, lo cual viene a ser prácticamente lo mismo
Como es sabido, la Congregación para la Doctrina de la Fe mostró su rechazo a administrar la comunión a los luteranos. En el mismo sentido se pronunció el cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la unidad de los cristianos. Algo que tiene sin cuidado a aquellos que están llevando a la Iglesia en Alemania por el camino del cisma.