(Ecclesia) La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura asumirá «la tarea de diseñar el nuevo currículo» que además de apoyarse en la participación facilitada por este Foro, «se realizarán en coordinación con los organismos competentes del Ministerio de Educación. De hecho, puedo confirmarles que esas reuniones de coordinación ya se han iniciado». Así ha clausurado Alfonso Carrasco Rouco, presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, el Foro sobre el Currículo de Religión organizado por la Conferencia Episcopal Española en la sede de la calle Añastro.
«El objetivo de este Foro que ahora clausuramos ha sido situar el currículo de Religión católica en el contexto determinado por la reciente aprobación de la LOMLOE, y por las nuevas exigencias pedagógicas que plantea la actual situación social y educativa». Un espacio de «diálogo entre todos y para todos», que «ha iniciado un proceso de reflexión compartida. Dar en él todo su espacio a la experiencia de la enseñanza de la religión en la escuela, no es sólo un signo de respeto por sus profesores y alumnos, por la labor de todos sus protagonistas; es necesario, para que la contribución de todos haga posible un mayor realismo y enriquezca perspectivas y contenidos de las programaciones».
Cuatro sesiones para situar la ERE en el actual horizonte formativo
El obispo de Lugo ha repasado las cuatro sesiones destacando de la primera «situar la ERE en el actual horizonte educativo, atentos a lo que está aconteciendo en nuestro tiempo, tanto a nivel local como global. Nos introdujimos desde la perspectiva eclesial europea, que nos aportó el cardenal Angelo Bagnasco; mientras que el diálogo con el Ministerio fue simbolizado por la participación del Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana».
En la segunda sesión, inspirados por la reflexión sobre la identidad de la ERE que propuso la Conferencia episcopal al inicio de nuestra democracia, «hemos actualizado sus finalidades educativas, teniendo en cuenta las dinámicas propias de la actual sociedad global y digitalizada. Nos urge tomar conciencia de estos «signos de los tiempos», como insiste el Papa Francisco, que nos pide iniciativas y audacia para lograr un Pacto educativo global».
En la tercera sesión, ha explicado el obispo, «volvimos la mirada hacia la Teología como fuente epistemológica de la ERE, para inspirar la selección de los aprendizajes esenciales y para acercarnos a una Pedagogía adecuada, fundada en una profunda concordia entre razón y fe, que vimos imprescindible para articular académicamente la presencia de la asignatura y su aportación a un diálogo interdisciplinar e intercultural».
Y por último, hoy «hemos reflexionado sobre la identidad de la ERE desde el ámbito de la Pedagogía y la Psicología, actualizando su arquitectura y sus elementos curriculares, con particular atención a las dimensiones más personales de la educación».
En su conjunto, ha concluido, «las sesiones han sabido mostrar la participación de la ERE en la construcción del currículo global, y su capacidad de dialogar y enriquecerse con las nuevas tendencias pedagógicas».
El lugar de la Religión en el sistema
Concluyendo ahora el Foro, no sólo creemos estar en mejores condiciones para proponer un currículo de Religión Católica en el marco de la Lomloe, sino también disponer de argumentos renovados para el diálogo sobre el lugar propio de la clase de Religión en nuestro sistema educativo.
El prelado ha agradecido, uno por uno, a todos los participantes de cada una de las sesiones «y a todos los que han trabajado para que puedan llevarse a cabo». En especial, ha querido destacar el trabajo de la directora del secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Raquel Pérez Sanjuan, «por su entrega constante al cuidado de toda la preparación, la convocatoria y el desarrollo del Foro. Y doy las gracias de corazón a quienes desde el trabajo continuo y sencillo, y con total disponibilidad, han colaborado generosamente con el Secretariado en la organización de este Foro virtual».
También ha expresado su gratitud al secretario general, Luis Argüello, «porque ha querido acompañarnos en cada una de las sesiones; y, en su persona, a todos los obispos que, ofreciendo esta Sala de Prensa de la CEE, han querido hacer explícito su interés por la Educación y su voluntad de poner a su servicio los medios de que disponemos».
El presidente de la comisión no ha querido olvidarse de todos los profesores de Religión «que han participado en las sesiones de trabajo, bien en directo, bien visualizando los videos en otros momentos; también por medio de preguntas en directo, con las respuestas a los cuestionarios propuestos, y enviando aportaciones. Muchas gracias por vuestra implicación personal en este momento tan importante para la enseñanza de la Religión en el sistema educativo».
De la misma forma, «a los que os habéis sumado al Foro de forma organizada a través de las Delegaciones diocesanas. En particular, a los delegados que habéis promovido en vuestras diócesis la participación de profesores y agentes involucrados en la enseñanza de la Religión. Vuestro apoyo ha sido crucial para el Foro, y así nos consta por las aportaciones recibidas desde varias Delegaciones diocesanas».
Pasos a seguir
La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura asumirá a continuación «la tarea de diseñar el nuevo currículo, que será presentado en esta misma web a todos los protagonistas de la clase de Religión Católica y, lógicamente, al Ministerio de Educación y FP». Por supuesto, además de apoyarse en la participación facilitada por este Foro, «los trabajos sobre el nuevo currículo se realizarán en coordinación con los organismos competentes del Ministerio de Educación. De hecho, puedo confirmarles que esas reuniones de coordinación ya se han iniciado».
El obispo ha reconocido que «somos conscientes de que quedan algunos aspectos por definir en los desarrollos normativos sobre la regulación de la clase de Religión. A este propósito, reiteramos la voluntad de diálogo por parte de la Comisión con las Administraciones educativas. Por nuestra parte, esperamos que los desarrollos de la LOMLOE garanticen a la enseñanza religiosa el espacio necesario para que pueda contribuir eficazmente a la formación integral de los alumnos, y, en general, a la mejora de nuestro sistema educativo».