(Asia News/InfoCatólica) David Shlomo Rosen fue Gran Rabino de Irlanda y actualmente se desempeña como Director Internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Estadounidense. Así ve el viaje del Pontífice a Irak:
«Esta visita del Papa Francisco está relacionada con la Declaración sobre la Fraternidad firmada en Abu Dabi hace dos años: es un gesto que espero dé sus frutos. Sin embargo, desde mi punto de vista, también anhelo que este camino se expanda más, porque de momento sigue siendo una iniciativa sólo entre cristianos y musulmanes. Me alegro de que ahora implique a todo el mundo islámico. Pero sería igualmente importante que este reconocimiento de la fraternidad incluyera también una representación oficial del judaísmo. Y esto no sólo por el profundo vínculo que existe con el cristianismo, sino también por lo que significaría para el Islam. Hasta que esto no se logre, la Declaración sobre la fraternidad seguirá expuesta al riesgo de ser malinterpretada».
Irak es una tierra importante en la historia del pueblo judío: desde la época bíblica del exilio en Babilonia, una gran comunidad vivió allí durante siglos hasta la emigración masiva provocada por las guerras árabe-israelíes. En los discursos pronunciados ayer en el palacio presidencial de Bagdad, tanto el Papa Francisco como el presidente iraquí Barham Salih mencionaron el judaísmo:
«Espero, no obstante, que en este viaje sobre la fraternidad haya otra oportunidad de tener a un representante del mundo judío en el mismo escenario con el ayatolá al Sistani o el imán al Tayyeb. Entiendo que hoy no pueda ocurrir, al menos no todavía: este viaje del Papa Francisco es muy delicado, esa presencia sería percibida por algunos como un gesto de provocación. Pero también espero que el Papa Francisco no permita que la fraternidad se entienda como un valor exclusivo del mundo musulmán»
En cuanto a las implicaciones políticas de la visita del Pontífice a Irak, para el rabino Rosen «evidentemente existen, pero dudo que quienes se han desinteresado en los últimos años de la presencia de los cristianos en Irak y en Oriente Medio, o incluso se han opuesto a ella, se vean persuadidos por las palabras del Papa». ¿Podrá la mano tendida al mundo chiíta cambiar algo en las relaciones políticas con Irán en Oriente Medio? «Las divisiones -responde Rosen- no son entre religiones y ni siquiera entre confesiones; son internas a las mismas comunidades. Son divisiones entre los que han abierto su mente y su corazón al encuentro con los demás y los que permanecen encerrados en sí mismos. En el mundo chiíta, Al Sistani es una figura abierta al encuentro, otros no. Por eso es importante que el Papa vaya hoy a Irak para estrechar su mano».