(InfoCatólica) Tal como relata el diario El Mundo, una veintena de colegios concertados en Cataluña, en su mayoría católicos pasarán a ser «públicos» por asfixia económica. Y aún no ha entrado en vigor la nueva ley de educación del gobierno social-comunista.
La infrafinanciación pública sumada a la caída de la natalidad y a la crisis económica derivada del Covid (menos aportaciones voluntarias) les aboca a acogerse, para evitar el cierre, a un decreto de la Generalitat único en España que los 'nacionaliza'
En 2019, el gobierno autonómico catalán aprobó un decreto que posibilita este "rescate" de escuelas en dificultades económicas. En principio garantiza el puesto de trabajo de profesores y demás trabajadores del centro que pasan a formar parte del personal laboral de la Administración.
Esta actuación solo es posible si los colegios abandonan su identidad católica, eliminar cualquier referencia religiosa en los mismos y con gran impacto en la prestación de la asignatura de Religión. Por ejemplo, no podrán tener crucifijos o el director será un funcionario que puede cambiar por completo el proyecto del centro.
Los tres colegios ubicados en Barcelona se convertirán en públicos a partir del curso que viene pertenecen a las Hijas de la Caridad. Son centros pequeños y con más de un 50% de alumnado inmigrante. “Nos hemos convertido en públicos porqueel concierto no cubre todos los gastos. En Cataluña se nos permite ofertar una hora más de escolarización que no se concierta y que pagan las familias, pero el Covid ha llevado a muchas de ellas a perder su trabajo y no tenemos otros generadores de recursos adicionales, como pueden ser una piscina o un gimnasio. Los centros pequeños y con vocación de servicio tenemos más dificultades porque no logramos cubrir los gastos de luz, agua, administración...”, cuenta Juan Oñate, representante de la titularidad de estos tres colegios.
Los colegios deberán cambiar el nombre para eliminar cualquier referencia que pueda ser religiosa. El colegio Marillac pasa a denominarse Institut Escola Sicília; el Sagrada Familia se transforma en Institut Escola Londres, y el Sagrat Cor, en Institut Escola Aldana.
Son las primeras víctimas de la Ley Celaá y que ponen de manifiesto las continuas mentiras de que "no se va contra la concertada". La estrategia es clara, ir asfixiando poco a poco los colegios, impedir que crezcan eliminando la "demanda social" y poner todas las trabas posibles para avocarlos a la desaparición.
Crisis demográfica en toda España
Según recoge Olga Sanmartín en El Mundo, el problema se repite en otras partes de España, en colegios pequeños que atienden a familias humildes y que no tienen el apoyo de una orden religiosa grande detrás que compense el déficit con otros ingresos. «La asfixia económica se produce también en Andalucía y Extremadura, donde los módulos del concierto son bajos y no hay costumbre entre las familias de colaborar económicamente con los centros. También en Asturias, Cantabria, Galicia o Castilla y León, donde a la caída de la natalidad se suma una economía limitada de subsistencia con costes mayores de calefacción y mantenimiento de los edificios», explica Luis Centeno, secretario general de la patronal Escuelas Católicas.
Centeno asegura que «hace tiempo que pasó el esplendor de esa concertada económicamente fuerte, que se produjo en la década de 2000, durante los años de bonanza». «El modelo era sostenible porque había más niños que ahora y el módulo del concierto no había perdido tanto poder adquisitivo. Ahora no. Cuando los padres no pueden o no desean ayudar o no hay personal religioso que trabaje en el centro y destine su sueldo a mantenerlo, al final la congregación tiene que decidir entre cerrarlo o traspasarlo», cuenta.