(InfoCatólica) El Santo Padre ha aceptado la renuncia del Cardenal Sarah como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Solo medio año después de haber cumplido los 75 años. Desempeñaba la función desde noviembre de 2014
Aujourd’hui, le pape a accepté la renonciation de ma charge de Préfet de la Congrégation pour le Culte Divin après mon soixante-quinzième anniversaire. Je suis entre les mains de Dieu. Le seul roc, c’est le Christ. Nous nous retrouverons très vite à Rome et ailleurs. +RS pic.twitter.com/4sTLa4JjWB
— Cardinal R. Sarah (@Card_R_Sarah) February 20, 2021
Hoy el Papa ha aceptado la renuncia a mi cargo de Prefecto de la Congregación para el Culto Divino después de mi septuagésimo quinto cumpleaños. Estoy en las manos de Dios. La única roca es Cristo. Nos veremos muy pronto en Roma y en otros lugares. + RS
De África a Roma
El Cardenal Robert Sarah nació el 15 de junio de 1945 en el pueblo de Ourous en la Guinea Francesa (África). En 1957, cuando tenía 12 años, ingresó al Seminario Menor de San Agustín en Bingerville, en Costa de Marfil, donde estudió tres años.
En su libro «Dios o nada», el Cardenal Sarah relata cómo surgió su vocación: «Fue en el contexto de la Eucaristía diaria donde el padre (Marcel) Bracquemond, descubriendo mi ardiente deseo de conocer a Dios e impresionado quizá por mi amor a la oración y mi fidelidad a la Misa diaria, me preguntó si quería entrar en el seminario».
«Con la sorpresa y la espontaneidad que caracterizan a los niños, le contesté que me encantaría, aunque sin saber a qué me comprometía exactamente, porque no había salido nunca del poblado ni conocía la vida de un seminario», relata.
El Cardenal cuenta que sus padres no le creyeron y fueron a ver al P. Bracquemond, quien confirmó la noticia: «Mi madre, abriendo los ojos como platos, me dijo que había perdido la cabeza o que no había comprendido lo que me había dicho el padre. Para ella y para los habitantes del poblado, todos los sacerdotes eran necesariamente blancos. De hecho, ¡le parecía imposible que un negro pudiese ser sacerdote!».
Ya que en 1960 las relaciones entre la recién independizada Guinea y Costa de Marfil se hicieron tensas, Robert Sarah volvió a estudiar al Seminario de Dixinn, en Guinea, hasta que el Gobierno expropió las propiedades de la Iglesia en agosto de 1961.
Tras estudiar solo un tiempo en su casa, la Iglesia buscó un lugar para él y otros seminaristas en una escuela pública en Kindia en marzo de 1962. Con las negociaciones se pudo abrir un seminario donde Sarah obtuvo su bachillerato en 1964.
En septiembre de ese año fue enviado al Seminario Mayor de Nancy en Francia. Nuevamente por las relaciones tensas, esta vez entre Guinea y Francia, tuvo que interrumpir su formación. Continuó sus estudios de Teología en Sébikotane, Senegal, donde estudió entre octubre de 1967 y junio de 1969.
Robert Sarah fue ordenado sacerdote el 20 de julio de 1969, a la edad de 24 años. Fue designado Arzobispo de Conakri el 13 de agosto de 1979, cuando solo tenía 34 años de edad. Recibió la consagración episcopal el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, ese mismo año.
El 1 de octubre de 2001 el Papa San Juan Pablo II lo nombró Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. El 7 de octubre de 2010 fue nombrado presidente del Pontificio Consejo «Cor Unum». Un mes después, el Papa Benedicto XVI lo creó Cardenal.
El 23 de noviembre de 2014 fue nombrado Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Tres libros que han ayudado a muchos católicos en tiempos de zozobra
Cuando terminó de escribir «Se hace tarde y anochece» anunció que era la tercera parte de una trilogía, con Dios o nada y La Fuerza del Silencio
Dios o nada: Entrevista sobre la fe fue una entrevista autobiográfica publcada en el 2015 que detalla cómo se inspiró en los sacerdotes misioneros que habían hecho grandes sacrificios para llevar la fe a su aldea remota. Recordó también cómo se convirtió en sacerdote en medio de la opresión de la Iglesia por parte del gobierno guineano y cómo llegó luego a ser obispo y cardenal.
Su segundo libro, La Fueza del silencio: Frente a la dictadura del ruido , se publicó en 2017. En él, el Cardenal Sarah hizo un tratado espiritual sobre la fuerza del silencio en un momento en que la tecnología penetra en las vidas de las personas y el materialismo ejerce una poderosa influencia en el mundo moderno.
Miles de personas han leído sus libros con gran aprovechamiento para su vida interior, para acercarnos a Dios. El silencio, escribió, «es más importante que cualquier otra obra humana, porque expresa a Dios. La verdadera revolución viene del silencio; nos lleva hacia Dios y hacia los demás para colocarnos humildemente y generosamente a su servicio».
Defensor de la familia, el derecho a la vida y la libertad religiosa
El Cardenal Sarah es uno de los purpurados más importantes de África y la Iglesia universal. Es un firme defensor de la liturgia, el derecho a la vida, la familia y la libertad religiosa.
Ha criticado en muchas ocasiones la ideología de género, un enfoque que considera que el sexo es una construcción sociocultural antes que algo natural. En 2016 dijo que esta corriente es «demoniaca» y un «impulso mortal» que ataca a las familias.
Participó del Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes en 2018. Allí señaló que «diluir» la doctrina moral católica en el campo de la sexualidad no logrará atraer a las nuevas generaciones.
También participó en el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía en octubre de 2019. En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, el Cardenal Sarah lamentó que algunos usaran la «asamblea para hacer avanzar sus planes. Pienso en particular en la ordenación de hombres casados, la creación de ministerios femeninos y la jurisdicción de los laicos. Estos puntos tocan la estructura de la Iglesia Universal».
«Aquellos que anuncian en voz alta revoluciones y cambios radicales son falsos profetas»
«Aprovechar para introducir planes ideológicos sería una manipulación indigna, un engaño deshonesto y un insulto a Dios que guía a su Iglesia y le confía su plan de salvación. Además, me sorprendió y me indignó que la angustia espiritual de los pobres en el Amazonas se usara como una excusa para apoyar proyectos típicos del cristianismo burgués y mundano. Es abominable»
En enero de 2020, el Cardenal Sarah y Benedicto XVI publicaron un libro sobre el sacerdocio y el celibato sacerdotal titulado «Des profondeurs de nos cœurs» (Desde lo más profundo de nuestros corazones).
El Purpurado fue blanco de algunos ataques acusándolo de mentir sobre la participación del Papa Emérito pero respondió mostrando la correspondencia que mantuvo con Benedicto XVI sobre el texto que sí fue escrito a dos manos.
En abril de 2020 y ante las restricciones a causa de la pandemia del coronavirus, el Cardenal Sarah recordó que «los sacerdotes deben hacer todo lo posible para permanecer cerca de los fieles» y resaltó que «nadie tiene derecho a privar a una persona enferma o moribunda de la asistencia espiritual de un sacerdote. Es un derecho absoluto e inalienable».
Además recordó que «ninguna transmisión de la Misa es equiparable a la participación personal o puede sustituirla»