(InfoCatólica) En octubre hubo un brote violento tras la sentencia del Tribunal Constitucional, declarando inconstitucional el aborto La decisión provocó una ola de protestas organizadas por grupos proaborto. Durante las manifestaciones algunas iglesias fueron atacadas.
El 22 de octubre el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el aborto en caso de afectación fetal grave e irreversible o enfermedad incurable que amenazara la vida del feto. En la práctica, en muchos casos, significaba la muerte de los bebés por nacer que se creía tenían síndrome de Down.
La sentencia provocó una ola de protestas organizadas por grupos pro-aborto que llevaron a ataques contra iglesias.
En el lado pro-vida, desde finales de noviembre, han aparecido carteles con mensajes a favor de la vida en decenas de ciudades. El más explícito es el cartel con un útero en forma de corazón. En el interior, un niño está acostado en posición fetal. Sin subtítulos ni consignas. Detrás de la campaña está la «Fundación Nuestros Niños - Educación, Salud, Fe». Queremos que todos puedan evaluar a conciencia e interpretar el mensaje del cartel.
En diciembre, hubo varios carteles de gran formato con lemas como «Yo pienso, siento, no mato», «Doy la vida, la cuido», «Elige la vida» o «Toda vida es un regalo».
La sencillez del mensaje tampoco ha dejado «indiferentes» a los defensores del derecho al aborto:
Dzicz Lempartowej w akcji!#StrajkKobiet #tolerancja pic.twitter.com/y5mRgYSacZ
— Anka (@badzpowazna) January 30, 2021
La motivación de la sentencia del Tribunal Constitucional de octubre pasado se hizo pública el 27 de enero con un documento de 154 páginas, que entre otras cosas afirma que «la República de Polonia garantiza a todos la protección jurídica de la vida» (art. 38 de la Constitución) y que su protección es responsabilidad de las autoridades públicas (artículo 30). Cualquier limitación de la protección jurídica de la vida humana debe ser «absolutamente necesaria», es decir, tratada como un último recurso absoluto. Una discapacidad o una enfermedad incurable de un niño en la fase prenatal no pueden determinar automáticamente la elegibilidad de la interrupción del embarazo.
El aspecto a destacar es que el Tribunal ha declarado que la carga de criar a un niño grave e irreversiblemente discapacitado o enfermo terminal no puede recaer solo en su familia, sino que debe soportarla toda la sociedad mediante la introducción de disposiciones que proporcionen a toda la familia la asistencia y el apoyo que necesita.
Desde el momento de la publicación de la sentencia, según la ley polaca, el aborto está permitido en dos casos: cuando la vida o la salud de la madre está en peligro o en caso de embarazo por violación, incesto o pedofilia.
Esta legislación está en contra de la discriminación basada en la salud. Defiende la vida humana desde el momento de su concepción, ya que un niño enfermo tiene el mismo valor e igual derecho a la vida que un niño sano.
El 28 de octubre, en un mensaje a los polacos entregado pocos días después de la sentencia del Tribunal Constitucional polaco, el Papa Francisco recordó el mensaje de San Juan Pablo II sobre la protección de la vida: »Por intercesión de la Santísima Virgen María y del Santo Papa polaco, pido a Dios que despierte en el corazón de todos el respeto por la vida de nuestros hermanos, especialmente los más débiles e indefensos, y que dé fuerza a quienes la acogen y la cuidan, incluso cuando esto requiere un amor heroico»
El arzobispo Gądecki, presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, agradeció la decisión del Tribunal, que confirma que «el concepto de ‘una vida que no vale la pena vivir’ está en directa contradicción con el principio de un Estado de derecho democrático». Nadie en conciencia puede negar a otros el derecho a vivir, especialmente debido a su enfermedad, agregó.
Del 19 al 25 de marzo de 2021, la Asociación pro-vida polaca ha lanzado una semana de oración en defensa de la vida que comenzará en el memorial litúrgico de San José y finalizará con motivo de la Jornada de la Santidad de la Vida, en el año que el Papa Francisco dedicó a San José.