(Fides/InfoCatólica) El 7 de febrero del 2021 los ecuatorianos elegirán presidente (entre 16 candidatos), vicepresidente, cinco parlamentarios andinos y 137 asambleístas. El voto es obligatorio para los ciudadanos que tengan entre 18 y 65 años y es voluntario para los jóvenes de 16 a 18 años y para los mayores de 65. En total 13.099.150 personas están habilitadas para votar.
Los obispos han publicado su habitual reflexión ante este tipo de comicios.
«Es una obligación moral y cívica buscar, consciente y razonadamente, a quienes sean más capaces de afrontar, con realismo y esperanza, las crisis sanitaria, económica y ética, que marcan hoy la realidad personal, familiar, laboral y social de los ecuatorianos – escriben en el documento -. Con esta finalidad, compartimos con ustedes algunos principios sobre el valor de la política, la importancia de los partidos y movimientos políticos y, de una manera especial, sobre la responsabilidad de los actores políticos y de los ciudadanos frente al destino de nuestra patria».
Tratando el tema del «Valor de la política», los obispos escriben que la fe cristiana «no puede vivirse únicamente en el espacio de lo privado y de lo individual, sino que tiene una exigencia de servicio, del don de sí, de compromiso y de transformación de la sociedad. La política, como búsqueda del bien común, entonces, ‘es una manera exigente de vivir el compromiso cristiano al servicio de los otros’ (San Pablo VI)». Citando el Magisterio de los últimos Pontífices sobre el tema, recuerdan, que la participación de todos los ecuatorianos en un estado democrático, «es una obligación ciudadana que nos compromete a opinar y a decidir».
El segundo tema se refiere a la importancia de los Partidos Políticos, que en democracia «son los intermediarios entre las legítimas aspiraciones de todos los actores sociales y el Estado; y también los responsables de informar y educar a los ciudadanos en el entendimiento de la realidad nacional». Esta responsabilidad «les obliga a contar con un programa ideológico y una clara organización que los identifique» escriben los obispos, alertando sobre un peligro: «Cuando los partidos y los movimientos políticos centran sus actividades, exclusivamente, en la participación electoral, haciendo caso omiso de las justas aspiraciones de los ciudadanos más vulnerables, caen en un populismo que oferta propuestas basadas en el engaño, con lo cual contribuyen al desprestigio y al rechazo ciudadano de la acción y compromiso político».
Los políticos, como candidatos o dirigentes de partidos y movimientos «tienen la responsabilidad ética de ofrecer soluciones que respondan a las necesidades de la población, libres de toda forma de demagogia que atenta contra la verdad y la justicia». Por ello los obispos piden a los candidatos «hablar con claridad y sin reservas sobre las acciones y las medidas concretas para hacer realidad sus ofrecimientos de campaña electoral, buscando el bien para todos, especialmente de los marginados, los niños, los jóvenes, las mujeres, los migrantes y los adultos mayores, sin revanchismos ni sectarismos». Aquellos que sean electos deberán gobernar «para el Ecuador entero, en diálogo, respeto y colaboración con todos los sectores de la sociedad».
En la última parte del testo, los obispos recuerdan a los ciudadanos su responsabilidad civil: «tenemos el derecho y el deber de elegir bien a los representantes y gestores de nuestro futuro. Con nuestro voto hacemos historia y generamos progreso o retroceso, empleo o desempleo, seguridad o inseguridad, honestidad o corrupción, justicia o impunidad». Un voto que responda fundamentalmente a los valores y sueños, a la fe personal, siempre debe expresarse en el marco del respeto a quien piensa diferente y sin que por ello sea considerado enemigo. Los obispos animan en particular a los jóvenes «a ejercer en conciencia y responsabilidad su derecho y deber de votar por los candidatos que tengan en cuenta las necesidades de nuestro pueblo por encima de sus propios intereses o conveniencias».