(ProtestanteDigital/IntoCatólica) Craddock realizó estas fotografías eróticas no sólo fuera, sino dentro de la iglesia; y sin contar con permiso ni solicitud de autorización alguna por parte de los legítimos dueños de la diócesis de Truro, a la que pertenece el templo. En las imágenes, tanto el fotógrafo como los modelos sacan todo el partido que pueden a mezclar erotismo con crucifijos, vidrieras, el propio altar e incluso, a la Biblia como decorado de su sensualidad.
"La Iglesia deplora la utilización de los elementos sagrados para estos fines", ha explicado un portavoz de la diócesis. "Las fotografías pueden ofender a todas aquellas personas que vienen a orar y vivir su fe", añade.
El autor, sorprendido
Sin embargo, el autor se muestra sorprendido y manifiesta no entender muy bien las críticas, a las que considera que como una reacción eclesiástica un poco "desproporcionada". Según declara Andy el hecho de haber entrado sin permiso en una propiedad privada, usando además sus símbolos religiosos para un contenido erótico que sabía contrario a los valores de los mismos, no es más que una obra de arte que justifica lo realizado: "Mi intención nunca fue ofender a nadie, sino simplemente mostrar la belleza y la grandeza de mis modelos".
Respecto al hecho de haber elegido una iglesia como escenario, Craddock explica que "admiro mucho la arquitectura de Sant Michael Penkivel y simplemente quería sacar ahí unas imágenes para mi portfolio de fotografía erótica y fetichista".
El fotógrafo no considera que su obra sea "ofensiva" y cree que "la reacción del público en general ha sido muy positiva". De hecho, ha colgado las imágenes en su web.
Pero sus palabras no parecen convencer a los anglicanos. El portavoz de la diócesis lo tiene claro: "Da igual que lo haya hecho con o sin permiso. Lo que está claro es que ha utilizado el edificio para fines completamente inapropiados". La denuncia y acciones legales ya están en marcha.