(Ifamnews/InfoCatólica) Päivi Räsänen es doctora, esposa de un pastor luterano y madre de cinco hijos. Se da la circunstancia de que siendo ministra de Interior (2011-2015) ya se celebraban las marchas del Orgullo Gay y los agentes a su mando protegían a los manifestantes de posibles ataques.
Su partido minoritario formaba parte de la coalición de gobierno y no tenía capacidad de cambiar las leyes. Sin embargo, personalmente Rässänen no ocultó sus opiniones cristianas, ni antes ni después de las enmiendas al Código Penal de 2011, que añadieron nuevos artículos al capítulo "Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad". Ahora, entre los crímenes de lesa humanidad se incluye, además de crímenes indudables, como el genocidio, el asesinato y la violación de civiles en la guerra, el uso de armas químicas o biológicas, la tortura, etc., también, desde el punto de vista del Código Penal finlandés, la «expresión pública de la opinión u otra comunicación que amenace, difame o insulte por motivos de raza, color, circunstancias de nacimiento, origen nacional o étnico, religión o fe, orientación sexual o discapacidad»
La primera acusación de la fiscalía llegó tras un comentario crítico que hizo sobre la participación oficial de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia (ELCF) en el evento del Orgullo gay de Helsinki, a principios de verano del 2019.
El 17 de junio de ese año, Päivi Räsänen publicó una foto ilustrando la cita de la carta de S. Pablo a los Romanos 1, 24–27, que califica como «vergonzosas» las relaciones entre personas del mismo sexo. En la publicación criticó el anuncio del organismo eclesiástico más grande de Finlandia de convertirse en socio oficial del Orgullo en Helsinki 2019, y preguntó: «¿Cómo puede ser compatible el fundamento doctrinal de la iglesia, la Biblia, con alabar la vergüenza y el pecado como un motivo de orgullo?»
Desde entonces, Päivi Rässianen ha recibido acusaciones de la fiscalía cada vez que ha participado en debates o ha hecho declaraciones en las redes sociales sosteniendo la enseñanza bíblica sobre las prácticas homosexuales. Ella ha declarado repetidamente que todas las personas, independientemente de su orientación sexual, son amadas por Dios y valiosas para Él, todas son pecadoras y están llamados a arrepentirse de sus pecados. La policía ha tratado de cerrar el caso varias veces sin encontrar nada delictivo en las palabras de la diputada, pero la fiscalía general exigió continuar rl proceso.
Rässianen dice que no tiene miedo de ir a la cárcel (se enfrenta a dos años de prisión por cada uno de los cinco cargos que se le imputan) y ha declarado:
«Es difícil entender lo que está pasando en mi país natal ahora. Cuanto más callamos sobre temas complejos y polémicos, más espacio se roba a la libertad de expresión y la libertad de conciencia. Si el tribunal me encuentra culpable, significará el comienzo de la censura estatal a gran escala»
De hecho, añade, las constantes acusaciones penales, las investigaciones previas al juicio y los interrogatorios de la propia policía, incluso aunque no se produzca una condena, limitan en la práctica la libertad de expresión y de conciencia.