(Vatican.news) Veinticinco años después de la Encíclica Ut unum sint del Papa Juan Pablo II, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha publicado un documento titulado «El Obispo y la unidad de los cristianos. Vademécum ecuménico». Se trata de un documento muy práctico para los obispos que les servirá de guía para asumir mejor su papel de líderes en la misión ecuménica de la Iglesia Católica y para que, a través de su ministerio, promuevan la unidad de los cristianos.
Dicho documento, aprobado por el Papa Francisco y disponible por el momento en inglés, italiano, francés, español, portugués y alemán, tiene dos partes principales:
En la primera parte, «La promoción del ecumenismo en la Iglesia católica», el Vademécum explica lo que es necesario para que la Iglesia católica cumpla con su misión de promover la unidad de los cristianos tanto a nivel diocesano como nacional. En cambio, en la segunda parte, «La Iglesia católica en su relación con los otros cristianos», el documento examina cuatro formas en que la Iglesia católica se compromete con las otras comunidades cristianas:
La primera forma es el «ecumenismo espiritual», es decir, cómo los obispos pueden guiar a su pueblo, en aras de la unidad de los cristianos, mediante la oración, la conversión y la santidad, destacando en particular la importancia de las Sagradas Escrituras, la «purificación de la memoria» y el «ecumenismo de la sangre».
La segunda forma es el «diálogo de la caridad» en la que se habla de la «cultura del encuentro» como una forma eficaz para nutrir y profundizar la relación que los cristianos ya comparten a través del bautismo.
La tercera forma es el «diálogo de la verdad» que se refiere a la búsqueda de la verdad de Dios, que los católicos emprenden junto con otros cristianos mediante el diálogo teológico y por último el «diálogo de la vida» en la que se presentan las oportunidades de intercambio y colaboración con otros cristianos en la atención pastoral («el ecumenismo pastoral»), en el testimonio ante el mundo («el ecumenismo práctico») y a través de la cultura («el ecumenismo cultural»).
Además, el Vademécum Ecuménico concluye cada una de sus secciones con unas «recomendaciones prácticas» que resumen, de manera sencilla, las tareas e iniciativas que pueden emprenderse a nivel local y regional.