(LSN/InfoCatólica) De nada han valido las cartas que la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales y de algunos obispos por su cuenta pidiendo que, dada la eficacia de las medidas sanitarias que se toman en los templos, no se prohibiera el culto público durante el confinamiento decretaro por el gobierno de Boris Johnson.
Una vez aprobada la nueva ley por el Parlamento británico, el Cardenal Nichols, arzobispo de Westminster y primado católico de las naciones inglesia y galesa, ha publicado una segunda carta, instando a los católicos a obedecer las nuevas medidas.
«A pesar de los profundos recelos, es importante que nosotros, como ciudadanos responsables, observemos este Reglamento, que tiene fuerza de ley», dijo.
Nichols citó a Escritura para razonar su petición, buscando señalar la virtud de la obediencia a la ley: «Recuérdales que estén sujetos a los gobernantes y a las autoridades: que les obedezcan, que estén dispuestos a hacer el bien» (Tito 3,1). No citó, sin embargo, otro pasaje fundamental que señala los límites de dicha obediencia:
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres»
Hch 5,29
El cardenal aseguró que «hacemos esto en solidaridad con tantos otros a los que se les imponen restricciones que afectan gravemente a sus vidas y medios de vida».
El purpurado dijo que creía que las leyes «no son un ataque a las creencias religiosas. Sin embargo, demuestran una falta fundamental de comprensión de la contribución esencial que hacen las comunidades religiosas al bienestar, la resistencia y la salud de nuestra sociedad», añadió.
Nichols concluyó su carta encomendando a los católicos a la oración y el servicio.
«Este camino de oración y servicio es el camino real que debemos tomar como un testigo de gracia en nuestra sociedad actual»