(Ecclesia/Vatican.news) El delegado especial será el interlocutor del gobierno de la Orden en el proceso de reforma de la Carta Constitucional y el Código. El arzobispo, cardenal electo, deberá también recibir el juramento de la persona que sea elegida Gran Maestre de la Orden de Malta el próximo 8 de noviembre, al término del Consejo Pleno de Estado. Sucede al cardenal Angelo Becciu, que ha ocupado el cargo desde febrero de 2017 a octubre de 2020. Y resulta también que durante el ángelus del pasado 25 de octubre, el Papa Francisco anunció que el arzobispo Tomasi sería ascendido a cardenal en el próximo consistorio del 28 de noviembre.
«Deseo agradecer al Papa Francisco por haber designado como su interlocutor con la Orden de Malta a una persona como el arzobispo Silvano Tomasi, cuya experiencia y conocimiento de la Orden no podrán sino facilitar el proceso de reforma en curso», ha afirmado el Lugarteniente ad interim Frey Ruy Gonçalo do Valle Peixoto de Villas Boas.
Observador ante la ONU
Silvano Tomasi nació en 1940 en Casoni di Mussolente, provincia de Treviso, y después de estudiar Teología, Sociología y Ciencias Sociales en Estados Unidos fue ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1965. En 1989 fue nombrado secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, y en 1966 el Papa Juan Pablo II le nombró nuncio apostólico en Etiopía, Eritrea y después Yibuti. Arzobispo titular de Asolo, en el Véneto, hasta 2016 monseñor Tomasi actuó como observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y sus agencias especializadas en Ginebra, y como observador permanente ante la Organización Mundial del Comercio. En 2001 fue nombrado también representante de la Santa Sede ante la Organización Internacional para las Migraciones.
El arzobispo Silvano Tomasi es Gran Cruz Conventual Capellán ad honorem de la Soberana Orden de Malta desde 2007.
Servicio a las personas más necesitadas
Vatican News reproduce una entrevista al arzobispo Tomasi en la que asegura que Francisco está preocupado por «seguir la buena labor de la Orden de Malta, que está empeñada en varios frentes, como la asistencia a los refugiados y a las personas marginadas de la sociedad, y que está prestando asistencia humanitaria realmente a tantas personas». «Esta antiquísima Orden, que ya tiene más de 900 años de existencia, debe continuar a llevar adelante su tarea, su misión de bien, de servicio, a las personas más necesitadas. En este sentido, el Papa está comprometido e interesado en ayudar y fomentar la eficacia y el buen funcionamiento de la Orden. Haré todo lo posible para responder a las expectativas del Santo Padre, con un espíritu de cooperación y convergencia hacia este bien común que es el ideal de la Orden, del servicio a los pobres y la defensa de la fe, para avanzar, para ayudar a facilitar el logro de este objetivo».
–¿Cuál es su estado de ánimo ante esta tarea?
Soy como el pequeño asno que tira de la carreta. Espero poder hacer un trabajo útil. El Santo Padre me confía esta responsabilidad, por supuesto que haré todo lo posible para que esta responsabilidad sea útil a la Orden de Malta y cumpla los deseos del Santo Padre. Tengo una gran admiración por la Orden porque realmente tiene una historia gloriosa y luego, de alguna manera, soy miembro de la Orden porque he trabajado, en el pasado, por las necesidades de la Orden y soy Capellán de la Gran Cruz. Así que confío en que, con la buena voluntad de todos, podemos dar un paso adelante e implementar verdaderamente la reforma que el Santo Padre desea.
–En su opinión, ¿cuáles son los retos más fuertes, más exigentes y más urgentes a los que se enfrenta la Soberana Orden de Malta hoy en día?
La Orden de Malta tiene una historia muy larga. Como todas las instituciones arraigadas en los siglos pasados, necesita una cierta adaptación a las circunstancias actuales, sin renunciar a su tradición, sus principios fundamentales y su identidad. Se trata de una Orden religiosa, en primer lugar, que se basa en el compromiso de un grupo de personas que quieren dedicar su vida de manera radical al servicio total de los demás y, por esta razón, necesitamos ver la manera más eficaz de llevar a cabo esta misión hoy en día.
La Orden está abordando actualmente algunas cuestiones importantes: la reforma de las Constituciones, para adaptarlas y actualizarlas de manera que sean eficientes hoy, sin perder la riqueza de la tradición pasada. Luego está la necesidad de preparar la elección de un nuevo Gran Maestre, después de la muerte de Fray Giacomo Della Torre, que había iniciado este camino de reforma y unificación de todas las almas de la Orden, es decir, para mantener en buena armonía las diversas tradiciones culturales en las que viven los miembros de la Orden. Diría que hay un deseo, también por parte de la misma Orden, de renovar el compromiso de servicio y la eficacia de este compromiso de forma transparente y clara, teniendo en cuenta las sensibilidades de todos los grupos, porque la Orden, por supuesto, es universal, hay italianos, franceses, americanos y alemanes y demás. Es necesario basarse en la tradición de la Orden para mantener un espíritu de eficiencia y unidad que esté alineado sobre todo con el Evangelio.