(Fides) Las autoridades de Armenia han atribuido el bombardeo al ejército azerbaiyano, en el contexto de la nueva escalada militar que se está produciendo en la región, un episodio más del conflicto de treinta años en esa zona, en el que las dos ex repúblicas soviéticas se enfrentan entre sí.
Las autoridades políticas y militares de Bakú, por su parte, han rechazado las acusaciones del gobierno armenio, argumentando que «a diferencia de las fuerzas armadas armenias, las de Azerbaiyán no tienen como objetivo monumentos históricos y culturales y menos aún edificios y monumentos religiosos».
La Catedral de Cristo Salvador, construida entre 1868 y 1887, con 30 metros de altura, también fue utilizada como depósito de armas por el ejército azerbaiyano a principios de los noventa del siglo pasado, durante el primer estallido del conflicto.
El Patriarca niega que sea conflicto religioso
En los últimos días, el Patriarca Supremo Karekin II, Chatolicos de todos los armenios, en una entrevista con Armenpress ha rechazado los intentos de atribuir el carácter de conflicto religioso entre cristianos y musulmanes a la escalada militar que tiene lugar en Nagorno Karabaj. «El pueblo armenio» ha dicho el Patriarca Karekin «se extendió por todo el mundo a partir de la Edad Media, y más aún después del Genocidio Armenio en la Turquía otomana. Muchos países islámicos han tendido una mano fraternal a los hijos del pueblo armenio que sobrevivieron al genocidio y les han dado la bienvenida. Estas comunidades armenias todavía existen. Nuestra Santa Iglesia Apostólica Armenia tiene diócesis y parroquias en una decena de países de mayoría musulmana, donde los hijos e hijas de nuestro pueblo viven como ciudadanos ejemplares, contribuyendo a la prosperidad de esas naciones y disfrutando de la actitud amistosa de las autoridades locales».
El patriarca Karekin también ha recordado que, desde el inicio del conflicto en Nagorno Karabaj, «gracias a la mediación de los Patriarcas de la Iglesia rusa, se había ido configurando una plataforma de encuentros trilaterales, con la participación del líder de los musulmanes del Cáucaso y los católicos de todos los armenios. Durante esas reuniones, se señaló en repetidas ocasiones que el conflicto en Karabaj no tiene raíces religiosas. También se reiteró la necesidad de una convivencia pacífica y armoniosa entre las poblaciones cristiana y musulmana de nuestra región». Ahora - añaden los católicos de todos los armenios - «somos testigos habituales de los intentos del presidente azerbaiyano de atribuir un valor religioso al conflicto de Karabaj. Es una provocación que lamentablemente puede tener consecuencias terribles».