(ForumLibertas/InfoCatólica) La Fundación Pasqual Maragall y Familiares de enfermos de Alzheimer de Barcelona, entre otras organizaciones, han lanzado un manifiesto de apoyo en favor de la eutanasia antes de la pandemia. Organizaciones cuyo sentido de ser es el apoyo a personas vulnerables y susceptibles ahora apoyan la eutanasia.
Ante el inminente debate y aprobación de una ley que regule la eutanasia «diversas entidades, expertos y profesionales que trabajamos en el ámbito del Alzheimer y las demencias, así como expertos del ámbito jurídico y bioético hemos constituido un grupo de trabajo para reflexionar conjuntamente sobre su aplicación en personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer y otras demencias y hemos analizado la Proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE) presentada en el Congreso de los Diputados por el Grupo Parlamentario Socialista el 24 de enero de 2020», afirmaba el manifiesto.
Representantes de la Asociación de Familiares de Alzheimer de Barcelona (Alejandro Vilá, Inmaculada Fernández-Verde y Montserrat Sánchez), la Fundación Pasqual Maragall (Cristina Maragall y Eva Nebot), de la Fundación Provea (Juan Carlos Giménez-Salinas), de la Associació Dret a Morir Dignament (Isabel Alonso, Dra. Glòria Cantarell i Xavier Gol), del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universitat de Barcelona (Dra. Mònica Navarro-Michel) y de la Dra. Raquel Sánchez-Valle, neuróloga y actual jefa del Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, forman parte de este grupo.
El documento en cuestión recoge las aportaciones de sus miembros. Los puntos más sorprendentes fueron los siguientes:
«Acogemos con satisfacción la perspectiva de aprobación en nuestro país de una ley que considere la eutanasia como un derecho individual y proceda a su regulación y despenalización en determinados supuestos».
«Entendemos que la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas que cursan con deterioro cognitivo cumplen los criterios que establece para estar incluidas en los supuestos que en ella se recogen pues son enfermedades graves, crónicas e invalidantes y llevan asociadas un sufrimiento físico o psíquico constante».
«El componente crucial en la cuestión de la eutanasia o de la ayuda al suicidio es la experiencia de sufrimiento de cada persona, que no necesariamente significa padecer síntomas como dolor, dificultad respiratoria, debilidad o ansiedad. Sufrimiento también significa preocupación por un futuro que conducirá a la dependencia».
«Las personas con demencia leve tienen derecho a morir cuando ellas decidan, ya sea en esa etapa de la enfermedad o, cuando esta progrese, dejándolo por escrito en un documento de instrucciones previas o equivalente».
«Cuando la persona ya no es capaz, se debe garantizar el respeto absoluto a lo que la persona ha dejado por escrito en el documento de instrucciones previas. Por obvio que pueda parecer, queremos subrayar que, si se considera que una persona no dispone de capacidad para consentir, tampoco debería considerarse que la tiene para revocar».
«Si la persona se encuentra en una situación de incapacidad de hecho y no ha suscrito un documento de instrucciones previas o documento equivalente, la ley propuesta no contempla ningún modo de solicitar la prestación de ayuda para morir».