(InfoCatólica) La Orden Cisterciense de la Estrica Observancia tendrá hoy sentimientos encontrados en Noruega. Por una parte, uno de sus miembros recibirá la consagración episcopal. Por otra, enterrará a un fraile que ha hecho historia en el país nórdico.
Todo empezó con Mons. Willem Gran
Fue Mons. John Willem Gran, él mismo trapense, quien, como obispo de Oslo de 1964 a 1983, quiso que se fundara un monasterio de su orden en su diócesis. Pero sólo un religioso respondió a su llamada. En 1967 el monje trapense Robert K. Anderson dejó su abadía de Spencer en Massachusetts, EE.UU. y se estableció como ermitaño en Noruega.
Mons. Gran había entrado como novicio en el monasterio trapense de la isla de Caldey en Gales en 1949. En 1957 fue ordenado sacerdote y en 1962 San Juan XXIII le nombró obispo coadjutor con derecho de sucesión de la diócesis de Oslo. Fue ordenado obispo en 1963.
Con la ayuda del obispo, el P. Anderson encontró un lugar adecuado en Telemark y más tarde en Tinnsjøen. Llegaron nuevas vocaciones y surgió una pequeña comunidad contemplativa que cultiva el espíritu trapense. Los hermanos viven en ermitas separadas, comen, trabajan y rezan juntos.
El padre del P. Anderson era sueco y su madre irlandesa. Ya de niño quería ser sacerdote contra la voluntad de su padre, que era luterano y con el apoyo de su madre católica. Cuando Robert ingresó en el monasterio, se rompió la relación con su padre. Más tarde escribió largas cartas a sus padres desde el monasterio. Estas cartas causaron una fuerte impresión en su padre, que finalmente se convirtió al catolicismo.
Durante toda su vida, el P. Anderson se levantó a rezar a las 2 de la noche, como prescriben las Constituciones Trapenses. A las 7 p.m. se iba a dormir. Pero en la noche del martes 29 de septiembre de 2020, el monje, de 88 años de edad, se durmió en silencio para cruzar la puerta de la eternidad.
El nuevo obispo, converso del luteranismo
El nuevo obispo de Trondheim, Mons. Erik Varden, nació el 13 de mayo de 1974 en Sarpsborg, Noruega. Fue bautizado, como es preceptivo en la comunión eclesial luterana, al poco de nacer. Su abuelo paterno fue pastor luterano y su abuela, también luterana, era muy piadosa pero como indicó a la revista Famiglia Cristiana, sus padres eran en la práctica agnósticos:
«En mi infancia la religiosidad se había reducido a su aspecto formal. La veía con respeto, pero no la practicaba porque crecí en un ambiente profundamente secular. Solo mi abuela Hjørdis era creyente, pero vivía a cuatrocientos kilómetros de distancia y solo la veíamos dos veces al año».
Su familia se trasladó al Reino Unido. Fue en la literatura donde el futuro obispo se encontró con la fe cristiana:
«Un autor muy importante para mí fue el alemán Hermann Hesse, autor de Siddhartha y Narciso y Boccadoro , pero también Karen Blixen, la escritora de My Africa y Babette's Lunch , quien en muchos de sus libros desarrolla un poco una temática 'sacramental, católica y mística'. Buscaba urgentemente un sentido para mi vida, aunque inmerso en un ateísmo agresivo propio de la adolescencia».
Mons. Varden explica que la noche que conoció a Dios, no había nadie en su casa Había decidido escuchar a solas Resurrección, la segunda sinfonía de Mahler:
«La música siempre ha sido muy importante para mí, casi una lengua materna. Un amigo de mi hermana me había recomendado esta sinfonía en particular, la cual, en su último movimiento, comienza con la evocación de un caos primario mientras, paulatinamente, cambia de ritmo».
Resucitarás y vivirás
«No naciste en vano. No has vivido, sufrido, en vano. Resucitarás y vivirás» .
Esas palabras pronunciadas por el coro en la sinfonía de Mahler fueron, para el joven y futuro monje, como un rayo:
«Un trueno que atravesó la oscuridad. Una luz muy fuerte. Fue como si mi corazón se abriera de repente a una certeza casi instintiva de que Dios realmente existe. Y a la conciencia de que llevaba, dentro de mí, algo que me superaba. Una nueva conciencia. Un momento de despertar. Una herida del corazón».
«Cuando terminó la música me quedé paralizado», explica el prelado, «y pensé: 'Será interesante pensar en ello mañana cuando este sentimiento mío se acabe'». Al día siguiente, sin embargo, esa certeza se mantuvo y, al mismo tiempo, seguía con el corazón herido, así que comenzó una investigación de las cosas de la fe.
La primera parada en esa senda fue el Atlantic College, una prestigiosa escuela secundaria en Gales del Sur donde, por primera vez, Erik se dio cuenta de que podía hablar de religión porque algunos de sus compañeros de clase eran creyentes. Asistió a una iglesia anglicana todos los domingos. Descubrió que todavía existían los monasterios cristianos sobre los que había leído en las novelas de Hermann Hesse. Entonces decidió hacer un retiro durante una semana en la Abadía Trapense de Caldey Island. Fue un punto sin retorno: porque, como él mismo explica, «allí encontré un tipo de vida que se correspondía con mi vocación y decidí hacerme católico»..
Efectivamente, en esa etapa de su vida en la que estudiaba teología en la Universidad de Cambridge, Erik Varden tomó la decisión de unirse a la Iglesia Católica, aunque oficialmente fue recibido en la misma con una celebración en Austria, en el monasterio de Klosterneuburg, porque un sacerdote suyo vivía allí.
Finalmente obtuvo un doctorado en teología en Cambridge (*). En 2002 ingresó en la Abadía Trapense de Mount St. Bernard en Inglaterra. Fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 2011. Sus cohermanos lo eligieron su abad. Y ahora el papa Francisco le ha nombrado obispo de la prelatura territorial de Trondheim, en su país natal.
Dicha prelatura, establecida en 1979, cuenta con tan solo 5 parroquias y atiende a unos 13.000 fieles, que suponen el 1.8% de la población de la región.
En la actualidad Noruega cuenta con dos monasterios trapenses. Para las monjas está el Tautra Marienkloster y para los monjes el Munkeby Mariakloster.
Con información de CNAd y Famiglia Cristiana
(*) Tras convertirse al catolicismo se licenció en el Pontificio Instituto Oriental de Roma. Durante 2011-2013 fue profesor de lengua siríaca, historia monástica y antropología cristiana en el Pontificio Ateneo de San Anselmo en Roma.