(Il Timone/InfoCatólica) «Para los católicos, la defensa de la vida y la dignidad humana no es una causa menor, sino una forma de vida. Como dice el Papa Francisco, la vida humana es sagrada e inviolable». Por esta razón, el prelado subrayó, «ningún católico debe votar a favor de un programa político o una ley que contradiga los principios fundamentales de nuestra fe. Un votante que votara por un candidato precisamente porque está a favor del aborto sería ciertamente culpable de pecado, objetivamente hablando».
El arzobispo reconoció que alguien podía «tomar una decisión prudencial y votar por un candidato por otras razones, incluso si ese candidato estaba a favor de matar a los niños no nacidos o legalizar la eutanasia, pero tal decisión debe ser considerada muy cuidadosamente, dada la manifiesta cooperación del candidato con el mal. Muy pocos candidatos comparten una preocupación constante por la vida y la dignidad humana y esto demuestra que, como católicos, deberíamos estar más - y no menos - comprometidos con la vida política».
Monseñor Wenski subrayó que ante esta realidad, «la Iglesia ofrece un marco moral específico que debería guiar al votante a la hora de tomar decisiones prudentes sobre quiénes son los mejores candidatos o, como desgraciadamente ocurre con demasiada frecuencia, quiénes son los peores candidatos». El prelado declaró a continuación que «la prioridad de los pobres, la protección de la vida familiar, la búsqueda de la justicia y la promoción de la paz, son prioridades fundamentales de la tradición moral católica, que no pueden ser ignoradas o descuidadas. Sin embargo, el aborto es una grave violación del derecho humano más fundamental: el derecho a la vida, que es inherente a todos los seres humanos y que es la base de todos los demás derechos que tenemos».
El arzobispo también dijo que «los católicos en la vida pública, ya sean demócratas o republicanos, deben actuar con seriedad y responsabilidad en muchas cuestiones morales importantes. Nuestra fe tiene una unidad integral que llama a los católicos a defender la vida y la dignidad humana cuando están amenazadas. Que algunos católicos en la vida pública promuevan posiciones sobre la vida humana que son inconsistentes con su fe católica es un escándalo, y aunque puedan afirmar que son católicos «practicantes», es obvio que necesitan practicar mucho más hasta que lo hagan bien».