(LSN/InfoCatólica) El documento está escrito por «médicos de diferentes regiones y con diferentes especialidades médicas», dijo a LifeSite uno de los galenos firmantes. La iniciativa se tomó «porque en Alemania pensamos que, tras el levantamiento de la prohibición de la Comunión en la boca en Austria, se permitiría nuevamente después de un breve retraso también en nuestro país. Pero como ni siquiera ha sido el caso después de semanas, comenzamos esta iniciativa» .
El diario católico alemán Die Tagespost explica con más detalle cuáles son los argumentos de este grupo de médicos.
Según este diario, los médicos confían, entre otros, en el trabajo del virólogo de Munich Michael Roggendorf que trabaja en el campo de la intervención en crisis de coronavirus.
Según estos médicos, las manos de los comulgantes en las iglesias también son portadoras de virus y bacterias, ya que tocan los bancos al sentarse y arrodillarse. Por lo tanto, la recepción de la Sagrada Comunión en la mano «no puede considerarse una alternativa segura [higiénica]», afirma el informe.
Si durante la distribución de la Sagrada Comunión, el sacerdote toca una de las lenguas de los comulgantes, puede desinfectarse las manos. Además, al abrir la boca, se tiende a inhalar más que a exhalar, por lo que la dispersión de las gotitas no es tan probable. Por lo tanto, explica el informe, la Comunión en la boca es más segura que la Comunión en la mano. Además la posición de rodillas habitual para tomar la comunión en la boca crea una distancia más segura entre el sacerdote y los comulgantes.
Resumiendo aún más los argumentos de los 27 médicos a favor de la Comunión en la lengua, el informe Tagespost dice que el rito tradicional de la Santa Misa incluye un procedimiento estricto de limpieza de las manos que es parte de la Misa. Es decir , la limpieza del sacerdote no depende de sus propios caprichos, sino que forma parte del rito de la Misa. Sólo el sacerdote puede tocar el cáliz y la patena y el copón. Además, el sacerdote que celebra la Misa tradicional en latín ya ni siquiera toca nada con el pulgar y el índice, que permanecen presionados uno sobre el otro, después de la consagración, manteniendo así estos dos dedos especialmente limpios.
Los doctores ponen además el ejemplo de Suiza, donde nunca se ha prohibido la comunión en la boca y no se ha informado de ningún caso de infección por esa vía.