(L'OR/InfoCatólica) «Pienso en mi país [Luxemburgo]: habremos disminuido en número. Porque todos los que ya no venían a Misa, porque venían solo por motivos culturales, esos ‘católicos culturales’, de izquierda y derecha, ya no vendrán. Han visto que la vida es muy cómoda. Pueden vivir muy bien sin tener que ir a la iglesia. Incluso las Primeras Comuniones, el catecismo para niños, todo esto disminuirá en número, estoy casi seguro», indicó el Cardenal Jean-Claude Hollerich en una entrevista con L'Osservatore Romano publicada el 2 de septiembre.
El Cardenal Jean-Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo es el Presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea. En la entrevista también afirmó que la pandemia de coronavirus puede haber acelerado la secularización de Europa en 10 años.
«Esto no es una queja por mi parte. Hubiéramos tenido este proceso incluso sin una pandemia. Quizás nos hubiera llevado 10 años más. Pero en este punto, la Iglesia debe inspirarse en una humildad que nos permita reorganizarnos mejor, para ser más cristianos, porque de lo contrario esta cultura del cristianismo, este catolicismo meramente cultural, no puede durar en el tiempo, no tiene una fuerza viviente detrás»
La situación también es una oportunidad
El Cardenal Hollerich no se detiene en el diagnóstico, también «que es una gran oportunidad para la Iglesia» y que «debemos pensar siempre en la evangelización de Europa».
«Debemos entender lo que está en juego, debemos reaccionar y poner en marcha nuevas estructuras misioneras. Y cuando digo misioneros, me refiero tanto a la acción como a la palabra. También creo que en el mundo después de la pandemia, Occidente, Estados Unidos y Europa serán más débiles que antes, porque la aceleración que trae el virus hará crecer a otras economías».
Las palabras del Cardenal ponen de manifiesto la realidad del cierre de templos, desaparición de sacerdotes de su ministerio y la suspensión de la Santa Misa «con pueblo» durante varios meses durante el confinamiento ocasionado por el COVID-19 y la percepción del papel de la Iglesia.