(ACN/InfoCatólica) Según informó la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) hace unos meses, cuarenta hombres cristianos fueron puestos en libertad a finales de enero de 2020 después de pasar casi cinco años en prisión, acusados arbitrariamente de participar en el linchamiento de dos hombres musulmanes.
El linchamiento había ocurrido en medio de los disturbios provocados como consecuencia de dos explosiones suicidas simultáneas contra la Iglesia de San Juan y la Iglesia de Cristo en Youhanabad, el barrio cristiano de Lahore, la capital de la provincia de Punjab, en Pakistán. Los atentados ocurrieron el 15 de marzo de 2015 y en ellos murieron al menos 20 personas y 80 resultaron heridas. Uno de los cristianos que fueron encarcelados a consecuencia del linchamiento de los dos musulmanes fue Amjad Arif, un conductor de autorickshaw (una versión motorizada de tres ruedas del tradicional rickshaw de tiro) de Lahore. Amjad, que es padre de dos hijos y una hija, ha relatado a ACN su sufrimiento tras ser injustamente arrestado en 2015, acusado de participar en el linchamiento.
«Nos encanta nuestra pequeña casa en Youhanabad con su entorno cristiano. Hay una diferencia clara en comparación con el resto de la ciudad, donde no hay celebraciones ni música en Navidad o Pascua, por ejemplo. Nasreen, mi esposa, cuida de nuestros padres ancianos y asiste regularmente con nuestros hijos a la misa dominical en la iglesia católica de San Juan.»
El día del ataque contra dos iglesias del barrio
Amjad llevaba una humilde pero tranquila vida antes del atentado contra las dos iglesias. Recuerda bien ese día: «Estaba en la terminal de camiones dejando allí a unos pasajeros cuando mi suegro me llamó y me informó sobre el ataque terrorista». Inmediatamente llamó a su mujer, pero el servicio de telefonía móvil había sido suspendido en Youhanabad. Así que regresó a casa a toda velocidad, sin embargo la entrada al barrio había sido bloqueada por un grupo de manifestantes alrededor de dos cuerpos quemados.
«Tomé una ruta alternativa» – recuerda Amjad- «entré en la urbanización y estacioné mi rickshaw. Fui grabado por las cámaras que hay en las calles«. Amjad también fue interceptado por las cámaras de varios drones que volaban sobre Youhanabad tratando de registrar los hechos, una tecnología que contrasta con la pobreza y sencillez de este vecindario de mayoría cristiana. «Fui arrestado unos días después, a la vuelta de la esquina de mi casa. Mi hermano menor, que trabaja de jornalero, fue arrestado dos semanas más tarde».
Detenidos y amenazados para convertirse al Islam
Las vejaciones e insultos no pararon desde entonces. En la comisaría, Amjad y los demás detenidos fueron abofeteados y torturados a golpes. «A tres de nosotros, nos arrebataron los rosarios que llevábamos y los tiraron al suelo. Fuimos forzados a elegir entre convertirnos el islam o ser encarcelados por el asesinato de dos hombres. Un cristiano de 25 años, también arrestado por el linchamiento, se convirtió al islam y fue liberado a las tres horas. Nosotros nos mantuvimos firmes en nuestra fe en el Dios vivo».
El primer día en la cárcel, todos los reclusos cristianos fueron encerrados en el mismo barracón. Después de pasar lista por la mañana, solían rezar en círculo durante una hora y cuando se hacía de noche se dedicaban a las oraciones personales, mientras estaban en sus respectivas celdas. Cuando un prisionero cristiano caía enfermo, no se le daba una buena asistencia médica. Dos de los cristianos encarcelados injustamente han muerto en prisión.
Apoyo de la Iglesia en la prisión
El P. Emmanuel Yousaf Mani, director nacional de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de los obispos católicos paquistaníes (CNJP), fue uno de los que promovieron oraciones por la liberación de estos presos y para que creciera la misericordia en el corazón de los jueces. El equipo de la CNJP y otras ONG se encargaban de visitarles regularmente y acompañaban a los detenidos en las audiencias ante el tribunal antiterrorista.
«Nasreen, que trabajaba como empleada doméstica» – continúa relatando Amjad-, «vendió mi auto-rickshaw tres años después para pagar el tratamiento de mi anciano padre, hospitalizado durante 15 días después de un ataque al corazón». Cada Navidad, la CNJP solía entregar 15.000 rupias – unos 75 euros- a Nasreen como regalo. Otra ONG cubrió los gastos de la educación de mis hijos.
Al fin, en libertad
«El 29 de enero de 2020, cuarenta de nosotros fuimos puestos en libertad a las once de la noche. El pastor Anwar Fazal, el telepredicador cristiano más popular del país, pagó a la familia de los dos hombres musulmanes linchados una compensación de 25 millones de rupias (unos 125.000 euros) por nuestra libertad. Mi padre distribuyó comida gratis al día siguiente, recibimos ayuda de varias organizaciones para reincorporarnos a nuestra vida en libertad».
Con vida, después de un nuevo ataque
Por temor a la venganza de las familias de los musulmanes asesinados en el linchamiento, Amjad no salió de su casa durante tres meses. Finalmente, compró un autorickshaw nuevo a plazos. Sin embargo, Amjad iba a enfrentarse una vez más a la violencia: «Una tarde, tres pasajeros me robaron el vehículo y me dejaron atado a un árbol cerca de una ciudad vecina después de tratar de ahogarme con mi propia bufanda. Esa noche llovía y no había nadie alrededor. Me desaté y corrí a tres comisarías diferentes antes de llegar a la correcta. Mis ojos estaban rojos inyectados de sangre y tenía la cara hinchada. Regresé a casa al cabo de tres horas. Ahora, debo forzar la voz para hablar ya que todavía me duele. ¿Fue una venganza de las familias de las víctimas? No lo sé. Mientras estoy a la espera de poder adquirir un nuevo rickshaw, doy gracias a Dios por el regalo de la vida. Amo de verdad a mis hijos, vivo por ellos».
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya anualmente proyectos de Comisión Nacional de Justicia y Paz de los obispos en Lahore para las victimas y familias afectadas por actos terroristas e injusticia social.