(InfoCatólica) El arzobispo de Ratisbona protesta contra el contenido del borrador y contra el hecho de que se le impidiera tomar la palabra para expresarse sobre los cambios introducidos sin previo aviso.
El prelado dice:
«...protesto contra el incumplimiento de lo acordado en el Foro III de trabajar conjuntamente la fundamentación bíblico-teológica»
Y añade:
"«...protesto aún más contra el estilo argumentativo de la formulación arriba citada, el cual carece de todo nivel teológico».
Carta de Mons. Voderholzer
A todos los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana, a la presidencia del Camino sinodal, y a los presidentes del Foro sinodal III
Ratisbona, 2 de septiembre de 2020
Carta abierta: Protesta contra el texto-propuesta del Foro sinodal III para las reuniones regionales del Camino sinodal que se efectuarán el 4 de septiempbre de 2020.
Queridos hermanos en la Conferencia episcopal alemana, muy apreciados señores y señoras de la presidencia del Camino sinodal, muy apreciado presidente del Foro III:
El miércoles pasado recibimos los documentos para las próximas reuniones regionales del Camino sinodal. Entre ellos, también el borrador del Foro sinodal III «Mujeres en servicios y cargos de la Iglesia». A decir verdad, se trata del borrador del grupo de trabajo 1 («Participación de mujeres en servicios directivos bajo las actuales condiciones del derecho canónico») del Foro III, que en una posterior fase habrá de conformar, junto con los borradores de los otros dos grupos de trabajo, el borrador general del Foro III para la asamblea sinodal.
Para mi mayor sorpresa, tuve que constatar que ese texto contiene una fundamentación bíblica de la temática mujeres y cargos, pese a que en la última sesión del Foro III –efectuada el 30 de junio de 2020, y en la cual se discutió el texto renglón por renglón– se había acordado que esa fundamentación bíblica solo se haría en el contexto del texto general (cfr. Protocolo, pág. 3 ss.). Luego de que por «motivos de tiempo» se omitiera la ronda de votación nuevamente acordada para después de la introducción de los cambios por el grupo encargado de la redacción, yo, como miembro del Foro III, no tuve ninguna posibiidad de expresarme acerca de esa parte del texto. ¡Protesto contra ese proceder!
Aún mayor fue la sorpresa cuando tuve que leer en el texto: «Jesús tiene discípulos y discípulas: no consagra a nadie». ¿Qué significa semejante afirmación? Según eso, también habría de decirse: «Jesús tampoco bautiza a nadie; él tampoco confirma a nadie; tampoco va a misa los domingos, etc.». Se oculta el hecho de que los sacramentos pertenecen a la Iglesia pospascual. Y se ignora que en la teología hay una reflexión muy diferenciada sobre la cuestión de la institución de los sacramtentos.
Solo para aludir brevemente a esto: ¡El evangelista Marcos utiliza la terminología de la creación cuando habla de la constitución del círculo de los doce! En un pasaje totalmente decisivo para la fundamentación bíblica del sacramento del orden sacerdotal,(Mc 3, 13ss) se dice, en relación con la actuación prepascual de Jesús: «Y subió a la montaña, y llamó a los que quiso, y ellos fueron donde Él. E instituyó doce (epoiêsen dôdeka), para que estuviesen con Él, y para enviarlos …». Luego sigue una lista con los nombres de los doce, que el evangelista Lucas identifica con los apóstoles en sentido estricto. A ellos se refieren las palabras: «Quien os escucha, a Mí me escucha» (Lc 10, 16). Con esos doce también va a celebrar la Última cena, en cuyo marco anticipa incruentamente, a través de las señales de la partición del pan y la elevacion del cáliz, su sacrificio en la cruz, e instituye, para el tiempo de la Iglesia, la celebración de la Eucaristía como actualización de su muerte y su resurrección. Hace poco, el papa Francisco, en consonancia con toda la tradición y la doctrina de la Iglesia, manifestó en el numeral 101 de la Exhortación apostólica «Querida Amazonía»: «Jesucristo se presenta como Esposo de la comunidad que celebra la Eucaristía, a través de la figura de un varón que la preside como signo del único Sacerdote. Este diálogo entre el Esposo y la esposa que se eleva en la adoración y santifica a la comunidad, no debería encerrarnos en planteamientos parciales sobre el poder en la Iglesia» (QA, 101).
Así, pues, protesto contra el incumplimiento de lo acordado en el Foro III de trabajar conjuntamente la fundamentación bíblico-teológica. Espero que con esto, con una teología bíblica parcial y adulterada, no se intente dirigir en una determinada dirección a los participantes de las reuniones regionales, es decir, a una falsa sensación de seguridad. Tengo que reconocer que un proceder semejante me decepcionaría mucho y me desconcertaría. ¿Qué espíritu se escondería detrás de esto? ¿No queremos ser todos «colaboradores de la verdad» (3 Jn, 8), particularmente en los diálogos del Camino sinodal?
Respecto al contenido, protesto aún más contra el estilo argumentativo de la formulación arriba citada, el cual carece de todo nivel teológico.
Con un saludo cordial y unidos en la oración,
Rudolf Voderholzer, obispo de Ratisbona