(ACN) El P. Kwiriwi Fonseca de la Diócesis de Pemba ha informado a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que las autoridades hasta ahora no han esclarecido lo que sucedió a estas dos religiosas y a las más de sesenta personas que se encontraban en el convento de la comunidad cuando se produjo el asalto.
El P. Fonseca ha explicado que la región de Mocímboa da Praia está practicamente cerrada y que «nadie puede llegar allí». El sacerdote de Pemba recuerda que el ataque «comenzó el 5 de agosto», seguido de «días consecutivos» de combates «hasta el día 11». «Durante esos días atacaron y ocuparon el Puerto de Mocímboa da Praia».
Fue durante ese ataque que se perdió el contacto con las dos religiosas: la Hna. Inés Ramos y la Hna. Eliane da Costa. «Son brasileñas. La hermana Inés es una anciana de más de 70 años», ha indicado el P. Kwiriwi más adelante.
Sin comunicación ni noticias oficiales
«Cuando la ciudad fue ocupada», ha señalado el sacerdote a ACN, «debido a la inviabilidad de la comunicación por la falta de conexión, no pudimos establecer contacto con las hermanas y creemos que ellas perdieron sus teléfonos… Nosotros intentamos ver lo positivo… Creemos que tal vez no estén muertas, pero que no tienen forma de comunicarse. Así es como nos consolamos, porque no conocemos exactamente la versión oficial. No tenemos ninguna noticia oficial».
Asalto a la casa de las religiosas, donde vivían otras 60 personas
En el momento del ataque había en el convento de las Hermanas de San José de Chambéry «unas sesenta personas», básicamente, ancianos y algunos niños. Lo que pasó, nadie lo sabe. «Si las religiosas volvieron al lugar, tampoco lo sabemos, porque allí no hay ningún lugar donde pueda comprarse un teléfono nuevo… Como no tenemos noticias de esas decenas de personas, no sabemos si desaparecieron, si murieron, si fueron secuestradas. No sabemos nada…».
Los responsables de la Diócesis de Pemba se enteraron del asalto a la casa de las religiosas de San José por la llamada de un miembro de la comunidad. «Fue él quien nos dio la noticia de que la casa de las religiosas había sido asaltada. Su silencio nos hace creer que perdieron sus teléfonos y que están en un lugar incierto. Por eso concluimos que las Hermanas Inés y Eliane se encuentran en paradero desconocido y las damos por desaparecidas, no tenemos datos y no podemos inventarlos».
Crisis humanitaria por ataques terroristas
La crisis humanitaria que se vive en Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, a raíz de los ataques terroristas que flagelan esta región, ha adquirido una dimensión terrible visto el número de muertos y de personas desplazadas, y dada la falta de recursos para acoger a esta población.
El P. Cantífula de Castro, subdirector de Radio Encontro, de la Archidiócesis de Nampula, envió un mensaje a la sede portuguesa de la fundación ACN donde contaba que «en la Archidiócesis de Nampula, unos cinco mil desplazados han llegado a los distritos de Meconta, Nampula y Rapale. La mayoría son mujeres jóvenes y niños que necesitan ayuda humanitaria. En efecto, carecen de espacio para alojarse, de comida, ropa e incluso material para la prevención de la Covid-19».
La Iglesia atiende a los desplazados
Según el P. Cantífula, «la provincia de Cabo Delgado lleva tres años ardiendo en guerra». «La gente está viviendo momentos insoportables a causa del terrorismo», dice el sacerdote. «Es una situación deplorable. Se estima que hay poco más de mil muertos, casas incendiadas, pueblos abandonados, personas que viven en el monte y otros que se refugian, con las manos vacías, en lugares más seguros en busca de protección» explica en el mensaje de vídeo enviado a ACN.
Desde octubre de 2017, la provincia de Cabo Delgado viene siendo escenario de ataques de grupos armados que desde hace algunos meses se declaran afiliados a Daesh o Estado Islámico. Los ataques han ido aumentando en intensidad en los últimos meses, especialmente, desde principios de este año.
El P. Cantífula de Castro indica que, a pesar de la compleja situación y la falta de recursos, «la Iglesia no abandona a estas personas, sino que permanece a su lado, prestándoles ayuda material y consuelo espiritual». A continuación, lanza un llamamiento a la comunidad internacional: «Por favor, no nos olvidéis. Si podéis, ayudad a estas personas que lo han perdido todo y que han tenido que huir de sus casas. Muchas gracias».
La fundación pontificia ACN ayuda a los cristianos de Mozambique con varios proyectos, desde la reconstrucción de iglesias hasta la ayuda al sustento de los sacerdotes y misioneros.