(Vatican.news/InfoCatólica) El recuerdo a las víctimas del nazismo y el comunismo llega hasta el corazón de la pequeña iglesia católica en Estonia.
El primer obispo católico en la historia del país después de la Reforma protestante fue deportado a la Unión Soviética en 1942. El arzobispo Eduard Profittlich murió en una prisión soviética por odio a la fe, como muchos otros estonios.
La nación recordó a esas numerosas víctimas con una ceremonia solemne en la capital, Tallin, el domingo. El obispo Philippe Jourdan, Administrador Apostólico de Estonia, habló a Radio Vaticana sobre el Día de la Memoria
Homenajes a los familiares caídos
Mons. Jourdan explicó que la ceremonia tuvo lugar en el nuevo Memorial de las Víctimas del Comunismo. Allí están inscritos los nombres de 22.000 estonios, en homenaje a sus muertes durante las deportaciones de 1940.
«Para un país pequeño como Estonia, eso es bastante», dijo el obispo Jourdan. «En casi todas las familias estonias hay al menos una persona que murió»
La Unión Soviética ocupó Estonia en junio de 1940 y un gran número de personas fueron deportadas, muchas de ellas por ser de etnia alemana.
Uno de los países menos religiosos del mundo
Siendo históricamente un país luterano, en la actualidad Estonia es uno de los países del mundo cuya población es menos religiosa. Apenas un 14% de los ciudadanos declarar que la fe es importante en sus vidas. Entre los que sí creen, la mayoría son ortodoxos seguidos de los luteranos.
Los católicos apenas llegan a seis mil quinientos fieles en una nación que cuenta con un millón doscientas sesenta mil personas.