(Aica) En su homilía, el padre Gomes dijo:
«Una mujer, una misión. Esto es lo que sirve para cambiar el mundo. Y Madre Teresa atrajo al mundo entero, tanto que se podría definirla como la patrona del siglo XX ».
El sacerdote recordó que la Madre Teresa repetía a menudo el pasaje del Evangelio:
«Lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» y en él «encontramos la marca de su servicio por los pobres, era la base de su convicción llena de fe, que tocando los cuerpos despedazados de los pobres, ella tocaba el cuerpo de Cristo. Era a Jesús mismo bajo el rostro angustiado de los más pobres de los pobres, que su servicio estaba dirigido».
«Madre Teresa encontró la suprema plenitud y vivió las nobles cualidades de su femineidad. Ella quería ser un signo «del amor de Dios, de la presencia de Dios y de la compasión de Dios», recordándonos así el valor y la dignidad de cada hijo de Dios «creado para amar y ser amado», dijo el vicario general de la arquidiócesis de Calcuta en su homilía, difundida por AsiaNews.
De tal modo, Madre Teresa llevó «almas a Dios y Dios a las almas», saciando la sed de Cristo, especialmente para aquellos que están más en la necesidad, aquellos cuyo sufrimiento y el dolor oscurecen la visión de Dios.
«Su compromiso -precisó el padre Gomes- fue una contemplación en acción. Hoy las Misioneras de la Caridad están difundidas en todo el mundo, en más de 700 comunidades (comprendidos los hermanos). Cada vez que inauguraba una nueva comunidad decía: He abierto otro tabernáculo para Jesús. Y esto hace manifiesto la orientación y el fin de su misión».
La Misa, indispensable alimento espiritual
Alegría, confianza amorosa, abandono total al Señor, simplicidad, deseo de anuncio eran las cualidades de la personalidad de Madre Teresa. La fuerza de su misión derivaba de la fuerte fe nutrida y renovada cada día en la Eucaristía. Decía a menudo: La santa Misa es la comida espiritual que me sostiene, sin ella no podría afrontar ni siquiera un día o una hora de mi vida.
El sacerdote finalizó destacando que «la vida entera y la personalidad de Madre Teresa pueden ser resumidos en estas palabras. «Yo no reivindico nada de la obra. Es su obra. Yo soy como un pequeño lápiz en Su mano »
«Queridos hermanos y hermanas, dejemos que algunas de estas cualidades suyas, virtud y valores sean absorbidas por nosotros en nuestra vida cotidiana y esto será el justo tributo a Madre Teresa. Vivamos esto en nuestra vida cada día », concluyó