(InfoCatólica) Según Doctrina de la Fe, si la persona que realiza el bautismo dice «Nosotros te bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» en vez de «Yo te bautizo», el bautismo es inválido.
Resulta que Matthew Hood, que creía haber recibido el sacramento del orden en el año 2017, conserva el vídeo de su supuesto bautizo, y el diácono que presidió la ceremonia usó precisamente la fórmula que invalida el sacramento.
Inmediatamente se puso en contacto con su arzobispo, Mons. Vigneron, quien le confirmó sus peores temores, a la vez que puso en marcha el proceso para solucionar la situación del P. Hood. Rápidamente recibió los sacramentos de iniciación (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), tras lo cual hizo un retiro espiritual para ser ordenado primero diácono y, finalmente, sacerdote, hecho que ocurrió el pasado 17 de agosto.
Consecuencias para otros fieles
La archidiócesis de Detroit ha publicado una carta del arzobispo en la que explica que el diácono, ya retirado, que administró inválidamente el bautismo al P. Hood, «Mark Springer, usó la fórmula inválida mientras estaba asignado a la parroquia de Santa Anastasia en Troya, durante el período 1986-1999. La parroquia y la Archidiócesis de Detroit harán esfuerzos para contactar a aquellos que el diácono intentó bautizar, para que puedan recibir los sacramentos válidos. La archidiócesis ha dado a conocer la identidad del diácono en un intento por alertar a las personas con las que no tenemos forma de contactar».
En la nota se reconoce que lo sucedido también afecta «a muchos que han interactuado con el P. Hood durante estos últimos tres años, durante los cuales su capacidad para celebrar sacramentos válidos ha sido muy limitada». En principio se considerarán válidos los bautismos y los matrimonios presididos por el P. Hood, pero obviamente no ocurre lo mismo con las confesiones y las Misas en las que era el único oficiante.
Mons. Vignerón ha querido tranquilizar a los fieles de la siguiente manera:
«Como siempre ocurre con Cristo, hay esperanza en medio de esta oscuridad. La Iglesia, siguiendo el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, reconoce que Dios se ha atado a los sacramentos, pero no está atado a los sacramentos. Esto significa que mientras podemos tener la certeza de que Dios siempre trabaja a través de los sacramentos cuando son debidamente conferidos por el ministro, Dios no está obligado por los sacramentos ya que puede administrar, y de hecho administra, su gracia de forma soberana. Podemos estar seguros de que todos los que se acercaron al Padre Hood, de buena fe, para recibir los sacramentos no se fueron con las manos vacías. Sabemos que nuestro Señor, en su amor interminable por nosotros, proporcionó alguna medida de gracia. Dios es atraído a los corazones que están abiertos a Él en el amor».
Al mismo tiempo, los sacramentos, cuando se administran correctamente, son ritos visibles y canales eficaces a través de los cuales la gracia santificante de Dios fluye a aquellos que los reciben con la disposición adecuada. La gracia santificante es necesaria para que un alma pase la eternidad en el cielo, y un bautismo sacramental válido garantiza que esta gracia ha sido colocada en el alma. El pecado es una pérdida de la gracia santificante, pero todos los sacramentos funcionan de acuerdo a su propósito de dar y fortalecer la gracia santificante en el alma. Esta gracia es un tesoro de tesoros y debemos hacer todo lo posible para proteger la integridad de los sacramentos a través de los cuales la recibimos. Es deber de la Iglesia local asegurar que todos los que se confían a su cuidado tengan el pleno beneficio y la certeza que se derivan de la recepción válida de los sacramentos, que nos han sido dados para mantenernos lo más seguros posible en el camino al cielo.
En nombre de nuestra Iglesia local, lamento profundamente que este error humano haya resultado en la interrupción de la vida sacramental de algunos miembros de los fieles. Tomaré todos los pasos necesarios para remediar la situación de todos los afectados.