(CNA/InfoCatólica) Después de que su estatua de la Santísima Virgen María fuera decapitada, una parroquia de California pidió a los católicos que oraran por el vándalo que profanó la estatua, junto con otro monumento en el parroquia.
«Es desgarrador ver la profanación de una imagen de Nuestra Santísima Señora, y angustioso tratar de comprender por qué alguien haría esto. Si bien no tenemos forma de saber el motivo de esta acción vergonzosa, sí sabemos esto: no hace ninguna declaración, no promueve ninguna causa y no anima a nadie. Simplemente crea más dolor en un tiempo que ya es doloroso», dijo el P. Enrique Álvarez, párroco de la parroquia Holy Family en Citrus Heights, California, en un comunicado esta semana.
La estatua fue decapitada el lunes por la noche. Una estatua de los Diez Mandamientos, colocada en la parroquia en dedicación a todos aquellos que han perdido la vida a causa del aborto, estaba pintada con una esvástica.
«Le pido a nuestra comunidad de la Sagrada Familia que se una a mí en oración por la persona o personas que harían esto y que buscarían aumentar las penas en nuestro mundo y traer dolor a quienes no les han hecho daño. Es probable que acciones de este tipo nazcan de un dolor interno por el que debemos tener compasión», dijo Álvarez.
Un día después del vandalismo, se reparó la estatua de la Santísima Virgen María y se limpió la otra estatua.
El vandalismo se produjo en medio de una serie de actos destructivos en las parroquias católicas de todo el país. En las últimas semanas, las estatuas de María y de otros santos han sido destruidas en propiedades parroquiales en numerosos estados, y las iglesias en California, Massachusetts y Florida han sido el lugar de presuntos incendios provocados. En junio, varias estatuas públicas de santos, especialmente las estatuas de San Junípero Serra en California, fueron derribadas o destruidas por manifestantes.
Álvarez dijo esta semana que «si bien estas estatuas han sido limpiadas y reparadas, son simplemente recordatorios de nuestra Fe, que es más fuerte y duradera que la piedra.
Cada uno de nosotros debe recordar que nuestra fe no está en estatuas o imágenes. Nuestra Fe está en el Eterno Dios, en Jesucristo, Su Hijo Resucitado, y en la redención de la Resurrección», agregó.