(La Gente/InfoCatólica) Aunque se movilizaron rápidamente equipos del Cuerpo de Bomberos Unificados a sofocar el siniestro, las llamas devoraron por completo la imagen, que llegó a lo que hoy es Nicaragua hace 382 años, y su capilla, construida especialmente en 1993, cuando se inauguró la nueva catedral de Managua.
Las llamas rompieron rompió la cápsula de vidrio que cubría la imagen y destruyeron el altar en el que estaba la Sangre de Cristo.
La Archidiócesis de Managua, encabezada por el Cardenal Leopoldo Brenes, emitió un comunicado en el cual asegura que el viernes 31 de julio «a las 11 am, una persona no identificada ingresó a la Capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua y arrojó una bomba produciendo un incendio dentro de la Capilla», en donde también permanece expuesto el Santísimo en su sagrario.
La Arcjidiócesis califica el hecho como «un acto de sacrilegio y profanación totalmente condenable, por lo que debemos permanecer en oración para errotar a las fuerzas malignas».
No hubo víctimas humanas, aunque los feligreses que se encontraban en la Catedral estaban asombrados al ver las llamas que devoraban el altar.
Mons. Silvio Báez, obispo auxiliar de la archidiócesis de Managua, ha manifestado su costernación en Twitter:
Me acabo de comunicar con mi hermano, Cardenal Leopoldo J. Brenes. Él irá ahora a Catedral a constatar los graves daños sufridos por la imagen de la Sangre de Cristo. Luego hablaremos otra vez. Lo ocurrido ha sido una herida dolorosa al corazón del pueblo catolico nicaragüense.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) July 31, 2020