(CH/InfoCatólica) El proyecto de ley, que tipificaría como delito el comportamiento «amenazador, abusivo o insultante» o la comunicación de «material amenazador, abusivo o insultante» que tenga por objeto incitar al odio contra un grupo protegido o que sea «probable» que cause odio, se encuentra actualmente en el parlamento escocés.
Los críticos dicen que el proyecto de ley podría dar lugar a que se acusara a las personas de exponer la enseñanza cristiana tradicional o incluso de poseer material considerado ofensivo.
El Times Scotland informa de que Anthony Horan, director de la Oficina Parlamentaria Católica, advirtió que la legislación podría consagrar en la ley el movimiento «cancelar la cultura» (ndr: movimiento progresista que intenta «cancelar» o censurar a personajes públicos que han hecho afirmaciones políticamente incorrectas o consideradas ofensivas).
Hora advierte
«Un nuevo delito de posesión de material incendiario podría incluso hacer que la Biblia y el Catecismo de la Iglesia Católica sean considerados como material incendiario», dijo Horan.
La comprensión de la Iglesia Católica sobre la persona humana, incluyendo la creencia de que el sexo y el género no son fluidos y cambiantes, podría potencialmente caer en desgracia con la nueva ley. Permitir un debate respetuoso debería significar evitar la censura y aceptar los puntos de vista divergentes y la multitud de argumentos que se dan en la sociedad.
Los obispos han declarado que las disposiciones relativas a la libertad de expresión deben ser lo suficientemente sólidas como para proteger la libertad de todos para disentir».
La legislación podría llevar a Escocia a convertirse en una «sociedad intolerante y antiliberal», añadió Horan:
«Aunque reconocen que suscitar el odio es moralmente incorrecto y apoyan las medidas para desalentar y condenar ese comportamiento, los obispos católicos de Escocia han expresado su preocupación por la falta de claridad en torno a las definiciones y el umbral potencialmente bajo para considerar que se da un delito, lo que temen que podría dar lugar a un diluvio de reclamaciones vejatorias».
Por su parte la National Secular Society también ha criticado la redacción del proyecto de ley, y la Law Society of Scotland ha manifestado tener «importantes reservas respecto de varias de las disposiciones del proyecto de ley y la falta de claridad, que podría en efecto dar lugar a restricciones en la libertad de expresión».
El gobierno escocés ha defendido el proyecto de ley. Su portavoz ha declardo que «el proyecto de ley sigue permitiendo a la gente expresar opiniones controvertidas, desafiantes u ofensivas, siempre que no se haga de forma amenazadora o abusiva con la intención o la probabilidad de fomentar el odio».